El Instituto Nacional de Cancerología define el cáncer de ovario como una enfermedad altamente letal y de comienzo engañoso. Se calcula que una de cada setenta mujeres desarrollará un cáncer de ovario en algún momento de su vida.
La edad promedio de aparición es de 59 años y el 80 % de las veces se presenta en mujeres posmenopáusicas. Según la Agencia Internacional para la Investigación de Cáncer, en Colombia, cada año se identifican alrededor de 2092 casos casos de cáncer de ovario.
En ese contexto, uno de los principales retos es el acceso a servicios de salud, que en ocasiones retrasa el diagnóstico y el tratamiento oportuno, factor clave para salvar la vida de las pacientes con esta enfermedad.
En su página web, el Instituto Nacional de Cancerología explica que el cáncer de ovario es una enfermedad en la cual se encuentran células cancerosas en el tejido de uno o ambos ovarios. Este órgano pequeño, situado en la pelvis, se encargada de producir hormonas y contiene los óvulos que, al ser fecundados, dan origen a una nueva vida.
De hecho, expertos señalan que ocho de cada diez casos de cáncer de ovario se diagnostican en etapas avanzadas y el 20 % restante, que se detecta en etapas iniciales, corresponde a hallazgos accidentales en consultas médicas.
“El cáncer de ovario, una vez presente, no produce síntomas durante muchos años. Cuando finalmente la mujer presenta molestias o síntomas, es posible que la enfermedad ha alcanzado otros órganos, con escasas o nulas posibilidades de curación”, explica el Instituto.
A esto se suma que muchas veces las mujeres presentan molestias abdominales inespecíficas, de mayor o menor intensidad, que pueden disimular la existencia de un tumor en el ovario.
Por esa razón, en la mayoría de los casos, el cáncer de ovario se diagnostica en estados avanzados. En esos casos, el principal síntoma es la presencia de una masa abdominal, que se evidencia en un aumento de volumen en la región inferior del abdomen o por pequeñas molestias.
Las pacientes, según el Instituto, muchas veces describen estos síntomas como sensación de inflamación (distensión abdominal) y gases, pero también pueden presentar sintomatología gastrointestinal y urinaria, así como pérdida de peso.
Aunque la mayoría de las veces se detecta en etapas avanzadas, consultar al médico con frecuencia y asistir a chequeos ginecológicos de rutina son fundamentales para identificar a tiempo alguna anomalía. Los médicos también recomiendan conocer el historial médico familiar, pues podría hacer la diferencia a la hora de enfrentar la enfermedad.
También es clave tener en cuenta que existen factores de riesgo que pueden hacer más propensa a una mujer a desarrollar esta enfermedad. Aunque no hay estudios concluyentes, expertos indican que la obesidad, el sedentarismo y llevar una dieta rica en grasas podría aumentar el riesgo de padecer cáncer ovárico.
El panorama del cáncer en el mundo
Un informe de la Organización Mundial de la Salud advierte que cada año, alrededor de 18 millones personas son diagnosticadas con cáncer en todo el mundo. Además, el estudio estima que esta cifra aumentaría a 22 millones en 2034.
Los investigadores detrás del informe de la OMS señalan que el plan a seguir en la atención del cáncer es encontrar como prevenirlo, en lugar de centrarse en el tratamiento. En ese sentido, la Organización sugiere un enfoque proactivo, en lugar de reactivo frente a la enfermedad.
Aunque el cáncer no se puede prevenir en todas sus formas, el informe destaca que ajustar los estilos de vida con hábitos como tener una dieta balanceada, realizar más actividad física y consumir menos sustancias nocivas, como el alcohol y cigarrillo puede aportar en la prevención.