Es común que las personas empiecen a ver afectada su capacidad de memoria con el pasar de los años, una vez se llega a la vejez. De hecho, existen casos en los que los individuos no han llegado a ese umbral y, aun así, empiezan a experimentar que cada vez les cuesta más memorizar elementos esenciales, como momentos de la rutina diaria y la alimentación de los últimos días.
A pesar de ello, estas quejas están habitualmente arraigadas a la etapa de la vejez, tanto así que cerca del 40 % de las personas mayores de 60 años terminan sufriendo estas situaciones.
Sin embargo, asegurar que la pérdida de la memoria es algo ineludible en el proceso de envejecimiento de todas las personas es un grave error. Esta patología tiene solución, tanto cuando se trata de factores genéticos como biográficos, esto es algo que la investigación neuropsicológica se ha encargado de demostrar.
De igual manera, basta con ver a aquellos adultos de la tercera edad que, sin importar cuántos años acumulen, tienen sus capacidades de memoria sin afectación o la presentan en un leve porcentaje.
Lo que es seguro es que no en todos los casos aplica de la misma manera y en los mismos periodos de tiempo. También están sometidas al debate constante las razones que llevan a que se presenten los déficits de memoria, aun así, diversos estudios han acordado en señalar que un uso inadecuado e insuficiente de los recursos cognitivos pueden afectar negativamente a la salud cerebral, la memoria contenida en esta.
Cuando este sea el caso, existen diferentes ejercicios que pueden ayudar a mantener el cerebro en forma. De acuerdo con Rita Levi-Montalcini, una sobresaliente neurocientífica italiana que falleció a la edad de 103 años gozando de plenas facultades mentales, el ejercicio mental es la carta más alta de la que se pueden valer las personas en la vejez.
Algunos ejercicios que le pueden ayudar a estimular su capacidad cerebral son, en primer lugar, la lectura de textos y cuentos. No tiene que ser algo extenso, pero esto le ayudará a abrir la mente, dejar fluir la imaginación y retener los detalles importantes de la historia hasta el final.
En cuanto a los juegos, los rompecabezas son una buena opción. También lo es intentar construir palabras con un número limitado de letras, esto le permitirá recordar objetos que tal vez no son muy comunes en su diario vivir, pero que serán necesarios para completar el juego.
Adicionalmente, está el resolver ecuaciones matemáticas sencillas, sean sumas, restas, multiplicaciones o divisiones, pero en las cuales haya números que estén reemplazados por letras o símbolos, y usted tenga que encontrar qué dígito corresponde para que la operación tenga sentido.
Cabe señalar que, según el portal ejerciciosdememoria.org, no ejercitar el cerebro puede generar un progresivo deterioro que afecte su funcionamiento a tal punto en que se vean los primeros síntomas de pérdida de memoria.
Esta misma plataforma ofrece semana a semana una serie de ejercicios como estos que le pueden ayudar a fortalecer su capacidad cerebral.
“Para el cerebro no es tan importante el número de neuronas que posee, como la calidad y fortaleza de sus conexiones entre sí. Está demostrado que los nuevos aprendizajes y la actividad mental continuada favorecen su desarrollo”, concluyó el portal.
Así puede saber si alguien está empezando a sufrir de Alzheimer
El Alzheimer es una enfermedad que se evidencia en la pérdida de memoria, la desorientación temporal y espacial y el deterioro intelectual y personal. Sucede porque hay una degeneración de las células nerviosas del cerebro y una disminución de la masa cerebral.
Y aunque cada individuo con este diagnóstico lo puede expresar de una forma diferente, la Alzheimer’s Association comparte una lista de señales de advertencia de la enfermedad.
1. Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana
Señalan que normalmente en la etapa temprana de la afectación, se olvida información recién aprendida como fechas, eventos importantes, o las personas piden la misma información repetidamente o se depende de notas o avisos de familiares para recordar.
2. Dificultad para planificar o resolver problemas
Sostienen que algunas personas llegan a sentir cambios en su habilidad de desarrollar y seguir un plan o trabajar con números. “Pueden tener dificultad en seguir una receta conocida o manejar las cuentas mensuales. Pueden tener problemas en concentrarse y les puede costar más tiempo hacer cosas ahora que antes”, asevera la asociación.
3. Problemas para desempeñar tareas habituales
El contexto puede variar, ya sea en la casa o en el trabajo, lo que si sucede es que “las personas que padecen alzhéimer muy a menudo completan con dificultad tareas cotidianas. A veces pueden tener dificultad en llegar a un lugar conocido, administrar un presupuesto en el trabajo o recordar las reglas de un juego muy conocido”, agregan.