La manzana, una fruta ampliamente consumida en todo el mundo, ha sido reconocida por sus múltiples propiedades y su capacidad para prevenir diversas enfermedades. Una de las formas más populares de disfrutar los beneficios de esta fruta es a través de su jugo, que se obtiene mediante el prensado o licuado de las manzanas frescas.
Aunque existen numerosas variedades de manzanas en todo el mundo, una de las más utilizadas para la elaboración del jugo es la conocida McIntosh o “mac”. Por lo general, se necesitan dos unidades medianas para obtener una taza de jugo, que luego se filtra o pasteuriza para eliminar cualquier material particulado.
Es importante destacar que el jugo de manzana y la sidra son dos bebidas diferentes. Mientras que el jugo de manzana es una bebida no alcohólica hecha a partir del prensado de la fruta, la sidra es una bebida generalmente alcohólica de baja graduación, elaborada a partir del jugo fermentado de peras o manzanas.
En cuanto a la preparación del jugo de manzana, es posible hacerlo de manera casera siguiendo unos sencillos pasos.
Primero, se debe retirar el corazón de la fruta y luego trozarla para colocarla en una licuadora junto con una pequeña cantidad de agua (menos de una taza por unidad). El puré resultante se exprime con una tela o paño para obtener el jugo deseado.
Se recomienda beber el jugo de manzana turbio, ya que contiene una mayor concentración de antioxidantes que el jugo claro o transparente, llegando a tener entre 2 y 5 veces más contenido antioxidante.
Desde el punto de vista nutricional, el jugo de manzana retiene muchos de los beneficios de la fruta original. Entre los nutrientes presentes en el jugo se encuentran las vitaminas B y C, minerales como calcio, cobre, hierro, magnesio, manganeso y potasio, así como fibra, fitoquímicos, flavonoles y procianidinas.
Gracias a esta combinación de nutrientes, el jugo de manzana se convierte en una excelente opción para obtener diversos beneficios para la salud.
Pero, ¿cómo es que el jugo de manzana ayuda al estreñimiento?
Uno de los beneficios más destacados del jugo de manzana es su capacidad para aliviar el estreñimiento. La presencia de ácido málico y sorbitol en el jugo mejora los procesos digestivos y, junto con la fibra y minerales estimulantes, previene el estreñimiento, los calambres, la hinchazón y la diarrea.
Además, el alto contenido de vitamina C en el jugo de manzana contribuye a mejorar las defensas del organismo. La vitamina C actúa como antioxidante, protegiendo al cuerpo del estrés oxidativo causado por los radicales libres y combatiendo la inflamación.
La piel también se beneficia de la ingesta frecuente de jugo de manzana. Gracias a su riqueza en vitamina C, antioxidantes y minerales, esta bebida puede ser útil para combatir el envejecimiento prematuro, reducir la inflamación y prevenir la aparición de arrugas.
El jugo de manzana también ha sido vinculado con beneficios para el corazón. Su contenido de potasio actúa como vasodilatador natural, reduciendo la tensión en las arterias y vasos sanguíneos, lo que previene la formación de colesterol y disminuye el riesgo de ataques cardíacos y otros problemas cardiovasculares.
Otro aspecto positivo del jugo de manzana es su impacto en la función hepática. Cuando se combina con agua, el jugo puede estimular la micción, promoviendo así la eliminación de sales, grasas y toxinas del organismo, lo que ayuda a mantener un equilibrio de pH adecuado y mejora la función del hígado.
Además de sus beneficios generales para la salud, diversos estudios sugieren que los flavonoides y fitoquímicos presentes en los jugos de frutas pueden tener efectos anticancerígenos. Aunque las investigaciones aún son insuficientes, algunos estudios han vinculado específicamente al jugo de manzana con un menor riesgo de cáncer de colon.
Es importante tener en cuenta que el jugo de manzana, al igual que las manzanas, son un alimento con un toque ácido, lo que puede causar problemas de reflujo ácido en algunas personas. Por esta razón, se aconseja consumirlo con moderación.