Este 26 de marzo se celebra el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, la primera causa de muerte de mujeres colombianas entre los 30 y 59 años de edad. Una enfermedad que tiene como principal factor causal la infección del Virus del Papiloma Humano (VPH), uno de los padecimientos por transmisión sexual más comunes en el mundo.

Y es que, a diferencia de otras enfermedades, este virus (VPH), aparentemente insignificante en sus inicios, es el responsable del 50 % de los cánceres de cuello uterino y de las lesiones precancerosas del cuello del útero. Este se adquiere, en muchos casos, desde la adolescencia, como una infección asintomática, derivada de las relaciones sexuales.

“Muchas mujeres se infectan en el cuello uterino, pero el mismo organismo aclara la infección y no pasa a mayores. Esa infección puede durar hasta cuatro años y la paciente no sabe que la tiene, el problema inicia cuando, además de la infección esta produce algo que se conoce como la enfermedad transformante del virus”, explica el doctor Carlos Humberto Pérez, médico ginecólogo y colposcólogo.

Así entonces, lo que más preocupa a los especialistas es que la persistencia de este virus, -y sobre todo de ciertos tipos de VPH)-, durante mucho tiempo pueden producir precáncer. Pérez explica que, una cosa es tener la infección y otra es estar enferma por el virus. “El problema grande con esto es que no da síntomas. Ni siquiera el cáncer de cuello uterino. Solo se detecta si una mujer se hace oportunamente la citología o si se realiza una prueba molecular del virus del papiloma y esta sale positiva. Estas pruebas son preventivas, pero ninguna paciente va a sentir ardor, ni dolor, ni molestia, ni nada que le indique que puede padecer la infección por el virus de papiloma”.

No obstante, tener esta causa identificada ha sido de gran ayuda para la disminución de los índices de mortalidad de cáncer, ya que ha sido posible desarrollar métodos de tamizaje para detectar la presencia del virus, así como una vacuna que protege de la infección. De hecho, la OMS considera importante una estrategia integral para prevenir y controlar el cáncer de cuello uterino con intervenciones a lo largo de la vida, por lo que creó una estrategia que se conoce como 90-70-90.

No como los ideales para tener una figura perfecta, sino como una serie de metas que la OMS dice que deben alcanzarse para 2030.

  • Lograr que el 90 % de las niñas estén totalmente vacunadas contra los VPH antes de los 15 años.

  • Lograr que el 70 % de las mujeres sean examinadas mediante una prueba de alta precisión antes de los 35 años y de nuevo, antes de los 45 años.

  • Lograr que el 90 % de las mujeres diagnosticadas con cáncer de cuello uterino reciban tratamiento. En este punto cabe resaltar que se busca que el 90 % de las mujeres con lesiones precancerosas reciban tratamiento y el 90 % de las mujeres con cáncer invasivo reciban la atención pertinente.


Pero entonces, ¿cuál es el papel de la mujer en el autocuidado del cáncer de cuello uterino? El doctor Carlos Humberto Pérez hace especial énfasis en la detección temprana. Para él, es necesario que a partir de los 25 años -o antes si tiene factores de riesgo, (porque empezó relaciones sexuales a los 12 años y a los 20 ya tiene hijos)-, las mujeres se hagan una citología cervicovaginal, que es la prueba de tamizaje para estas lesiones precancerosas.

Y, a partir de los 25 en adelante, realizarla cada tres años. “Después de los 30 años de edad, lo ideal no es la citología sino una prueba molecular de alta sensibilidad, llamada la prueba de ADN de VPH, que detecta el virus. Porque cuando la mujer llega a los 30 años y el virus persiste, tiene más riesgo de tener un precáncer asociado. Quiere decir que el organismo no eliminó la infección y ya persiste. En este punto, la citología ya no es tan buena para diagnosticarlo”.

“Debemos entender que la falta de educación y de información, los diagnósticos tardíos, los tratamientos interrumpidos o ineficaces, entre otras barreras, están afectando la vida de las mujeres. Y que, a su vez, tenemos la gran posibilidad de comenzar una nueva historia, si decidimos hacer lo que nos corresponde”, destaca Catalina López, directora de Estrategia de Soluciones y Transformación en Salud de Roche.

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¿Por qué el VPH produce cáncer de cuello uterino?

Carlos Humberto Pérez explica que el VPH es un virus no visible. Está en el tracto genital del hombre y en la relación sexual este lo transmite. Llega al cuello uterino y se introduce en las células creando una infección. Se ven verrugas y lesiones con aparatos de auscultar. La mayoría desaparecen sin que la paciente lo sepa, pero muchos años después, vuelve a reaparecer y no solo se replica sino que daña la célula y empieza a crecer anormalmente, eso configura el precáncer.

Hay diferentes etapas, lesiones leves, moderadas, severas, hasta que llega al cáncer. “Lo triste de esta situación es que esta enfermedad dura muchos años en desarrollarse y resulta que la mujer por descuido, por no hacerse la citología o porque no sabe de la prueba de ADN de VPH, nunca detectó la enfermedad. Vemos pacientes entre los 30 y 35 años con un cáncer que se ha demorado en desarrollar 10 o 15 años y que con una simple prueba del virus lo había podido detectar antes y someterse a un tratamiento curativo para el precáncer sin que este avanzara hasta el cáncer. Cuando las pacientes ya sienten síntomas como dolor, es un cáncer avanzado. En las etapas iniciales no da síntomas, pero en la avanzada da un flujo fétido, hemorragia, dolor, incluso, sangrado con relaciones sexuales.

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¿Es prevenible?

La prevención se logra con la vacuna. Existe una vacuna que se aplica en mujeres de entre 9 y 15 años, y previene el 80 % de las lesiones precancerosas y el cáncer. La paciente que se vacuna sigue en controles. La que no se vacunó es la que está en riesgo porque si tiene vida sexual, tarde o temprano va a adquirir el virus. En un reciente estudio en Estados Unidos se ha observado que el 60 % de las mujeres que inician vida sexual con un solo hombre ya lo tienen (VPH).

Datos claves

  • Dos tipos de VPH, (las cepas 16 y 18), son los causantes del cáncer de cuello uterino. Sin embargo, el tipo de virus que genera el mayor riesgo a desarrollar cáncer in situ o cáncer invasor, es el VPH 16.

  • La prueba del virus del papiloma detecta por encima del 90 % las enfermedades precancerosas, en cambio la citología solo lo hace en un 50%.

Recomendaciones

Entre las tareas que las mujeres deben saber para evitar este cáncer está la importancia de practicarse pruebas de tamizaje, entre ellas la citología y la prueba del VPH. El Ministerio de Salud recomienda que las mujeres sigan este esquema:

  • De los 25 - 29 años: Citología de cuello uterino bajo el esquema 1-3-3 (una citología cada 3 años) ante resultados negativos.

  • De los 30 - 65 años: pruebas de detección el ADN de los virus del papiloma humano (VPH) de alto riesgo, en esquema 1-5-5 (cada 5 años) ante resultados negativos.

  • Mujeres entre 30 - 50 años, residentes en zonas de difícil acceso a servicios de salud: técnicas de inspección visual del cuello uterino, se deben realizar en esquema 1-3-3 ante resultados negativos.