En la sociedad actual, el amor parece haber perdido su valor y se ha convertido en un objeto de consumo pasajero. Aplicaciones como Tinder han generado un amplio abanico de opciones, lo que dificulta apostar por una relación a largo plazo, ya que siempre parece haber alguien más al alcance de la mano. Paradójicamente, aunque existe el temor a aferrarse a alguien, el miedo a dejarlo es aún mayor. Dar el paso de terminar una relación sigue siendo un desafío, a pesar de la percepción de que hay innumerables posibilidades esperando en Tinder.
Según la coach Raquel Gargallo, en general, resulta difícil aceptar que “la relación ha cumplido su propósito en sus vidas y deben buscar otra forma de relacionarse”. Esto se debe a la falta de disposición para reconocer que la vida, las relaciones y los sentimientos son flexibles, evolucionan y cambian, y que requieren cuidado. Además, existe la resistencia a aceptar que la forma en que nos aman y amamos puede cambiar.
Por lo general, el momento de poner fin a una relación no llega de manera abrupta, sino después de un punto de inflexión. De acuerdo con la psicóloga Zoraida Granados, esta reflexión ocurre en circunstancias especiales, no en medio de la rutina, sino cuando se necesita a la otra persona no solo como pareja, sino como compañero, amigo o apoyo, y se percibe que las cosas ya no son como antes. Estos momentos de comprensión pueden ser más o menos conscientes, pero generan sensaciones de irrealidad, miedo y frustración.
Entonces, ¿existen señales claras que indiquen que es hora de terminar definitivamente una relación? ¿Es posible que aún haya esperanza para el amor? Ambas expertas analizan algunas señales clave que permiten distinguir, en terapia, entre aquellas parejas que solo necesitan trabajar en sus problemas y aquellas que quizás deberían aprender a decirse adiós con un “te quiero”.
¿Qué aspectos debe tener en cuenta?
- La confianza mutua se ha perdido: La falta de confianza en una relación es un síntoma crucial que puede indicar que la pareja está irremediablemente rota. Aunque la infidelidad es una de las causas más comunes, existen otros motivos para perder la confianza mutua. Algunas parejas logran restablecerla después de una traición, pero esto depende de cada individuo.
- Ausencia de complicidad: La complicidad en una relación de pareja es sumamente importante, por lo que su falta puede ser un signo negativo. Durante las consultas, los expertos suelen observar cómo las parejas se posicionan, interactúan y se apoyan mutuamente. Cuando estos gestos de cercanía y apoyo desaparecen, es indicativo de que han tomado caminos separados.
- Entrar en una dinámica tóxica: Esto puede manifestarse a través de agresividad, falta de respeto, codependencia o roles destructivos. Algunas parejas normalizan esta forma de trato, sin ser conscientes del daño que se infligen. La falta de límites y la incapacidad de reconstruir la relación son señales de una dinámica tóxica.
- Resistencia al cambio: Se resalta la importancia de que ambas partes estén dispuestas a evolucionar y cambiar en una relación. A menudo, uno de los miembros se niega a reconocer la necesidad de cambio, argumentando que solo la otra persona debe cambiar. En una relación saludable, ambas partes deben asumir la responsabilidad, el esfuerzo y el compromiso necesarios.
- Diferentes planes de vida: Las perspectivas de vida pueden cambiar con el tiempo y esto puede generar conflictos en una pareja. Renunciar a los propios sueños puede ser una carga a largo plazo. Se aconseja la sinceridad con uno mismo y con la otra persona antes de que sea demasiado tarde.
- Problemas sexuales: La sexualidad puede convertirse en un motivo de ruptura en una relación. No se trata tanto de las dificultades sexuales en sí, que pueden superarse, sino de la forma en que se utiliza o se manipula al otro. Esto puede manifestarse en la limitación de la libertad para tomar decisiones sobre la intimidad o el uso de anticonceptivos. En estos casos, es importante buscar una relación más saludable.
- Fin del amor: Finalmente, se reconoce que a veces el amor simplemente se acaba, al menos para una de las partes. Aunque una persona puede intentar trabajar arduamente en la relación, los sentimientos propios y ajenos no siempre pueden controlarse. Estas despedidas son difíciles porque aún queda cariño y miedo a lastimar al otro. Si este es el caso, puede ser hora de dejar de engañarse y tomar la decisión de avanzar. Siempre hay oportunidades para volver a enamorarse.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.