El laurel es una planta usada en el mundo de la gastronomía para dar sabor y aroma a diferentes preparaciones, pero también es reconocida por sus propiedades para el tratamiento de problemas digestivos, infecciones, enfermedades cardiovasculares. Además, sus hojas estimulan el apetito, favorecen el sueño y ayudan a tratar problemas de la piel, entre otros beneficios.
Se cree que esta planta contiene aceites concentrados con acción microbiana, por lo que actúa en contra de infecciones en la piel, el tubo digestivo y de las vías urinarias. Estudios evidencian que las hojas de laurel mejoran la función de la insulina, encargada de que la glucosa circule por todas las células del cuerpo para aportar energía y regular el azúcar en la sangre.
Por otro lado, los extractos de sus hojas secas contienen aceites esenciales como el cineol y polifenoles que permiten regular el colesterol en la sangre, de tal manera que previenen problemas cardiovasculares como aterosclerosis, infarto de miocardio o derrame cerebral.
Gracias a sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antiespasmódicas, las hojas de laurel pueden tratar trastornos digestivos, como las úlceras, además de promover alivio a los cólicos gástricos e intestinales. Por su contenido de taninos tienen una fuerte acción astringente, por lo que combaten la diarrea.
Igualmente, los compuestos activos de esta planta aumentan la secreción de enzimas y mucus gástrico, con lo que mejora la digestión y se protege el cuerpo de lesiones gástricas provocadas por el consumo de sustancias como el alcohol y algunos medicamentos que afectan el estómago.
El laurel también cuenta con propiedades antiinflamatorias, por lo que puede aliviar dolores reumáticos e inflamaciones osteoarticulares, artritis, esguinces y hematomas. Sus sustancias activas podrían ejercer acción contra los tumores, por lo que serían claves para evitar el crecimiento de esta clase de células en el organismo.
Otra de sus mayores beneficios es que tiene un efecto expectorante, que ayuda a eliminar el exceso de flema y mucosidad en las vías respiratorias. Por su actividad antibacteriana y antiséptica, puede ayudar a eliminar virus o bacterias que ocasionen infecciones en el sistema respiratorio.
Junto a otras hierbas medicinales tradicionales, el laurel puede ser un gran aliado para prevenir cálculos renales, pues reduce la cantidad de ureasa, una enzima que en desequilibrio provoca cálculos y algunos trastornos gástricos.
Esta planta también tiene propiedades antioxidantes que podrían mejorar la memoria, así como disminuir eficazmente otros problemas cognitivos que pueden aparecer con la edad, entre estas las enfermedades degenerativas como el párkinson.
Ayuda a limpiar el hígado
El hígado graso es una acumulación de triglicéridos en las células hepáticas. Algunas de las posibles causas que originan este trastorno pueden ser el sobrepeso, el consumo excesivo de alcohol y la intolerancia a algunos medicamentos.
Usualmente no se presentan síntomas que permitan identificar esta afección de forma clara, pero en algunos casos el cansancio y el malestar estomacal son signos de esta patología. Para el diagnóstico, es clave consultar a un profesional de salud que le indicará cuál es el tratamiento que debe seguir.
Este tratamiento puede acompañarse del uso de plantas medicinales que cuidan este órgano. Las hojas de laurel, por ejemplo, podrían ser útiles para desinflamar el hígado, por lo que hay quienes las consumen en infusión.
Para preparar este té debe coloca una taza de agua a hervir y una vez alcance su punto de ebullición agregar las hojas de esta planta. Después, puede retirar del fuego y dejar en reposo. Pasados unos 10 minutos, puede colar y consumirla.
También se puede usar de manera tópica. En esta oportunidad se puede recurrir a los cataplasmas caseros, los cuales se pueden elaborar macerando los frutos de la planta y extrayendo el aceite esencial.