En 1938 se inició esta investigación y el Dr. Robert Waldinger es el cuarto investigador en este estudio que otros empezaron, siendo ya uno de los trabajos más longevos cumpliendo este año su aniversario número 85.

El científico recalca que esto se ha llevado a cabo con las mismas familias desde sus inicios en los años 30. Lo que se busca con esta investigación es predecir qué factores son los que permiten que las familias y sus integrantes tengas vidas más sanas y felices. Muchas fueron las sorpresas que se hallaron a lo largo de este exhaustivo estudio.

Robert Waldinger es psiquiatra, psicoanalista y desde hace años dirige la investigación más extensa, jamás realizada sobre la felicidad y el bienestar en la vida de las personas. Se trata del ‘Estudio de Desarrollo de Adultos’ de la Escuela de Medicina de Harvard. | Foto: El País

Uno de esos encuentros más sorprendente, tal como lo comenta su cuarto investigador: “Descubrimos que tener vínculos fuertes e íntimos con otras personas nos hace más felices. Eso no es ninguna novedad, pero sí que también nos mantiene sanos. Por el contrario, la gente solitaria, que vive aislada de la sociedad, desarrolla enfermedades fruto del envejecimiento antes y vive menos que quienes no están solos y tienen relaciones sociales sólidas.”, resalta Waldinger.

Esta investigación también arrojó varios resultados que pueden sorprender a más de uno, dada la rigurosidad con la que se siguieron los datos y estudios cualitativos en estas familias.

Sostenemos que, sin importar si eres introvertido o extrovertido, todas las personas necesitan, al menos, una o dos relaciones seguras, es decir, relaciones de apego seguro. Relaciones en las que sientes que hay alguien a quien puedes llamar y que estará allí cuando lo necesites.

Durante este estudio, en determinado momento, se le pidió a los participantes que hicieran una lista de las personas a las que llamarían en medio de la noche si estuvieran enfermos o asustados. La mayoría tenía varios nombres en su lista, pero hubo algunos que no pudieron apuntar a nadie.

El psiquiatra resalta: “uno de los hallazgos de nuestra investigación fue que aquellas personas que se esforzaban más por mantener sus relaciones eran más felices y tenían relaciones más sólidas. Por ejemplo, cuando tenía 20 años, solía pensar que no tenía que hacer nada para mantener a mis amigos. Mis amigos eran mis amigos, siempre lo serían, y no tenía que esforzarme”.

En el hogar se comienzan a establecer los primeros vínculos afectivos. | Foto: Archivo particular

En ese mismo sentido, se descubrió que muchas personas tenían buenas relaciones que se diluían y desaparecían no por problemas en la relación, sino por falta de atención. También se observó que las personas que mantenían buenas relaciones demostraban pequeños gestos de atención con frecuencia.

Estos gestos pueden ser tan simples como llamar a un amigo, enviar un mensaje solo para saludar, llamar por teléfono, enviar un correo electrónico o, en particular, hacer planes regulares para dar un paseo o tomar un café con las personas con las que se busca mantener una relación cercana en la vida diaria.

Los amigos brindan una sensación de identidad, de pertenencia. Estar con las personas adecuadas hace sentir que sé es parte de una comunidad, de un grupo. Esto es extremadamente importante para todas las personas, ya que todos necesitan sentir que forman parte de algo.

El Dr. Robert Waldinger con su equipo destacan que es fundamental tener la confianza de que puedo contarle a alguien mis preocupaciones y que recibiré consejo cuando algo me preocupe en la vida, ya sea relacionado con mi familia o mi trabajo.

Las buenas relaciones fomentan la salud física y la longevidad. Este es un descubrimiento bien establecido en la actualidad.

¿Y cómo funciona esto?

En el laboratorio, se han pasado los últimos 10 años tratando de entender este fenómeno. La mejor hipótesis que se maneja es que las relaciones protegen del estrés crónico. Sabemos que la vida está llena de momentos y situaciones estresantes.

El investigador comenta en un ejemplo lo siguiente: “en este momento, estamos teniendo una conversación agradable, pero en una hora, podría ocurrir algo estresante que me desequilibre y haga que mi cuerpo reaccione. En ese momento, entro en lo que llamamos el modo de “lucha o huida”, donde mi pulso se acelera, posiblemente comience a sudar y mi respiración se acelere. Sabemos que cuando aumenta la liberación de hormonas del estrés, también aumenta la inflamación. Es normal. Es beneficioso que el cuerpo pueda hacer eso para lidiar con el estrés”.

Los oficios o empleos que generan más estrés tanto en Colombia como en el mundo por lo general son aquellos cargos con alta responsabilidad en donde las jornadas laborales son largas y no se establecen límites de horarios para compartir en familia o disfrutar de un tiempo libre. Sucede con frecuencia en el gremio médico y medios de comunicación. | Foto: Copyright (C) Andrey Popov

Sin embargo, nuestro cuerpo debería regresar al equilibrio una vez que el estrés desaparezca. Seguramente te ha sucedido que cuando te ocurre algo malo, vas a casa y hablas con un amigo o amiga. En mi caso, cuando llego a casa y le cuento a mi esposa, inmediatamente siento cómo mi cuerpo se relaja. Y eso es lo que debería suceder.

Creemos que las personas solitarias, las que están aisladas, nunca regresan al equilibrio o al punto de partida, sino que permanecen constantemente en un estado basal de “lucha o huida”. Como resultado, tienen niveles más altos de hormonas del estrés, inflamación crónica y eso eventualmente daña los sistemas corporales con el tiempo.

De esta manera, las relaciones influyen en las arterias coronarias, las articulaciones y otros aspectos de nuestra salud. Es una de las formas en que las relaciones nos ayudan a regular las emociones negativas.