El rábano es una hortaliza muy usada gracias a su versatilidad en la cocina, que es consumida principalmente cruda, ya sea sola o como parte de ensaladas de verduras frescas y bocadillos; sin embargo, su amplio uso culinario también incluye preparaciones calientes, ya que puede hervirse para suavizar su sabor y así incorporarlo en otras variedades de comidas.
Una de esas preparaciones que son muy recomendadas con el rábano es el agua de este, además, sus hojas son comestibles y ofrecen una opción adicional, ya que pueden ser cocinadas igual que se hace con las espinacas, es decir, aportando sabor y valores nutricionales tanto a guisos como en infusiones.
De hecho, en la cocina mexicana, el rábano es una de las hortalizas más usadas en la gastronomía mexicana para resaltar sus sabores y complementar platillos tradicionales, como el pozole, donde se corta en rodajas este alimento de manera muy fina y se agrega como acompañamiento.
Asimismo, se observa este ingrediente en tacos, ensaladas, enchiladas y tostadas, sobre los que aporta mayor frescura y una agradable textura crujiente que hace más atractivas las recetas.
Sus valores no son solo gastronómicos, sino que el rábano elimina también toxinas y su consumo de manera regular puede ayudar a eliminar esas cosas que el cuerpo debe desechar para mantenerse saludable.
También, sus propiedades colagogas y coleréticas lo hacen un alimento beneficioso para la salud del hígado, especialmente en situaciones de insuficiencia hepática e ictericia.
¿Cómo es la preparación del agua de rábano?
Los ingredientes posiblemente ya los tenga en casa, solo necesitará 1 litro y medio de agua, 6 rábanos bien lavados y desinfectados, 2 limones, azúcar o algún otro endulzante y hielo.
El procedimiento es sencillo, solo debe licuar los rábanos en el litro y medio de agua, exprimirle los limones y agregarle el azúcar o un endulzante en su remplazo, que es al gusto y luego volver a licuar el líquido. Después, debe colar la preparación y agregarles hielo al gusto y poner a refrigerar.