Como bien sabemos, cada ser humano es único. Y en el caso de los gatos, no son la excepción. Su carácter y personalidad establecen sus comportamientos y la relación que tenga con sus dueños.

Debido a su instinto cazador, los gatos están acostumbrados a morderse entre ellos desde que viven con la manada y por ello están predispuestos a seguir realizando estos comportamientos cuando llegan a la adultez.

La hierba gatera recibe su nombre por ser un estimulante físico y mental para los gatos. | Foto: Getty Images

Cabe mencionar que la razón por la que los gatos muerden a sus dueños no siempre está relacionada con la agresividad. Según expertos, hay varios motivos por los cuales los felinos muerden a sus amos. Conozca aquí cuáles son:

Por ello, evitar dicha conducta desde temprana edad es fundamental para corregirlo. Para solucionar esto, es ideal incorporar juguetes en las rutinas de recreación, porque de esta forma se estimulará su instinto cazador sin ponerte en peligro.

Otro de los motivos por los que los felinos toman dicha conducta es porque no quieren más mimos, por lo cual analizar al gato puede ayudar a establecer qué tipo de caricias prefiere, con qué frecuencia y en qué ocasiones.

El calor y la presencia de pus o líquido que supura indican claramente la presencia de una infección en el rasguño de gato. Consulta a un veterinario de inmediato. | Foto: Getty Images

Si lo acaricia y ve que está muy inquieto o irascible, es mejor que no lo siga tocando y lo ignore. Lo más seguro es que cuando menos lo espere, volverá a buscar que lo acaricien nuevamente.

Aunque parezca increíble, una de las razones por las que un gato muerde a su amo es porque lo quiere muchísimo. En dicho caso, fija sus dientes suavemente sobre la piel de la persona, evitando causar algún tipo de daño.

El cuarto y último motivo por el que los gatos se comportan de tal manera es porque tienen miedo o se sienten intimidados. Cabe mencionar que estos animales son muy propensos a padecer estrés ante situaciones que no están bajo su control.

Si desde que estaba cachorro se le permitió morder las manos, él puede interpretar que cuando crezca podrá seguir haciéndolo. | Foto: Betsie van der Meer

Los cambios, o la presencia de otros gatos en su territorio, pueden causar su inquietud y los condiciona al ataque o la mordida. Hay que tener en cuenta estos aspectos, y si este comportamiento se sale de las manos del dueño o encargado del animal, es recomendable consultar con el veterinario.

Bajo este contexto, en cualquier caso, sea cual sea la razón, si un gato lo muerde, hay que evitar quitar la mano bruscamente. Mejor intente apartarlo con un juguete y aléjese de a poco sin rechazarlo.

Conozca los hábitos por los que los gatos se alejan

Hay una serie de cosas que los gatos no soportan de sus amos. Por eso, es muy importante saberlas para no seguir haciéndolas. Lo que usted puede interpretar como una muestra de cariño para él puede ser una amenaza. Aquí le damos algunos consejos de lo que no debe hacer para que su gato no se sienta mal.

Ruidos fuertes:

Caricias:

Los gatos son animales muy independientes y poco sociales. Por eso, evite acariciarlos en la barriga, las patas traseras y la cola. Mejor optar por darles cariño en la cabeza, orejas, barbilla, cuello y cerca de la cola.

Los gatos se comieron partes de su dueño tras varios días encerrados. | Foto: PfeifferV

Olores:

Los felinos tienen un sentido del olfato muy desarrollado. Debido a esto, pueden llegar a sentir repulsión e incluso miedo a los olores fuertes como el vinagre, la cebolla, la gasolina, las bebidas alcohólicas, entre otros. Si los llega a oler, rápidamente se alejará.

Personas desconocidas:

El miedo hacia las personas desconocidas es muy habitual en los gatos. Algunos felinos actúan de forma arisca o prefieren mantenerse alejados cuando llega la visita a la casa. Pero si esa persona permanece algunos días en el hogar, lo más seguro es que se le acerque poco a poco hasta sentirse en confianza.

Cambios:

A nadie le gustan los cambios y mucho menos a ellos. Detestan que se metan con su alimentación, arenero y hasta su casa.

Puertas cerradas:

A los gatos no les gustan los espacios cerrados. Son animales muy curiosos e inteligentes, por eso deben saber qué hay detrás de una puerta, si no, pueden desesperarse.

Alzarlos:

Si toman a sus felinos en brazos y notan que no están cómodos, pues intentan bajarse por todos los medios, no los retengan.

Cuando un gato lleva la cola erguida y rígida, muestra confianza y seguridad en su entorno. Es un buen indicador de que se siente relajado y receptivo. | Foto: Getty Images

Suciedad:

Los gatos son animales limpios por naturaleza. Limpie constantemente su arenero para que no se sientan incómodos; si no lo hace, puede que busquen un nuevo sitio para hacer sus necesidades.

Viajes:

No son amantes de los guacales o morrales, porque se sienten raros y expuestos al peligro. Por eso, desde pequeños es fundamental que los enseñen a transportarse en carro, a salir de la casa e interactuar con más animales.

Veterinario:

Y aunque odian ir al veterinario por todo el trajín que implica, es necesario hacerlo para asegurarnos de que estén bien. No les gustan los medicamentos, que les abran la boca a la fuerza para tomar una pastilla y las inyecciones.

Miradas:

A ningún animal le gustan las miradas penetrantes y duraderas, y los gatos no son la excepción. Es posible que algunos felinos no muestran ningún tipo de temor o reacción cuando sus dueños los miran fijamente a los ojos; pero, con personas desconocidas, pueden sentirse amenazados.

Observar una cola baja y relajada en un gato indica tranquilidad y calma. Respeta su espacio y evita interrumpirlo en estos momentos de relajación. | Foto: Getty Images

Razones para no maullar de un gato

1. Estrés y ansiedad: en efecto, al igual que ocurre con los humanos, los gatos pueden dejar de maullar cuando están pasando por períodos de estrés, ansiedad o depresión.

2. Ronquera: en ocasiones, por ejemplo, durante los períodos de celo o las peleas, los gatos suelen maullar durante un tiempo muy prolongado con una intensidad más alta de lo normal.

4. Gripe y resfriados: si un gato se expone a un ambiente extremadamente frío o si está en un lugar con fuertes corrientes de aire, puede resfriarse, y si el catarro no se cura bien, puede desembocar en infecciones como el calicivirus o la laringotraqueítis.

5. Bronquitis felina: a raíz del frío o de un maullido excesivo, los gatos también pueden desarrollar esta enfermedad respiratoria denominada como bronquitis felina.