El consumo de azúcar es cada vez más una de las recomendaciones principales por los profesionales de la salud, no solo por su efecto nocivo en el peso de las personas, principalmente en edad adulta, sino también por otras consecuencias desconocidas a las que puede conducir.

Una de ellas son los problemas cognitivos; la cantidad excesiva de azúcar tiene efectos sobre la función cognitiva del cerebro. Esto debido a que el aumento en los niveles de glucosa en la sangre termina influyendo en el hipocampo.

Algunos de los efectos más perceptibles serán una menor capacidad de concentración y de atención, así como de memoria en el consumidor.

El Valle se ha caracterizado por ser líder en el cultivo de caña y la producción de azúcar, sin embargo, estas empresas también han hecho eco de la importancia en el consumo moderado de azúcar.

Otro de los problemas que puede ocasionar el consumo desproporcionado de azúcares son los dermatológicos. De hecho, ingerir alimentos con un alto índice glucémico facilita la producción de sebo y el aumento de andrógenos, lo que se traduce en una obstrucción de los poros de la piel y en el empeoramiento de la condición de acné, de acuerdo con la doctora Gema Pérez, experta en medicina, cirugía estética, antienvejecimiento y longevidad.

El azúcar también tiene injerencia en la salud mental, mayormente en la ansiedad y la depresión. Un estudio realizado por la Universidad de Zaragoza aseguró de forma inicial que “existe una clara asociación entre el tipo de alimentación y el estado de ánimo”.

Con esto, los hallazgos apuntaron a que “la calidad general de la dieta se asoció de forma significativa e inversa a la presencia de algún nivel de ansiedad, estrés o depresión”.

Asimismo, el exceso de dulces y la falta de ingesta de verduras y hortalizas repercutió en alteraciones del bienestar psicológico y del sueño.

Por último, pero no menos perjudicial, el azúcar en altas cantidades puede incentivar la aparición del Alzheimer, además de otros padecimientos mentales, de acuerdo con la Confederación Española del Alzheimer.

De hecho, estudios aportados por la Universidad de Bath y el Kings College de Londres sostuvieron que en las personas con esta enfermedad la enzima MIF, de carácter vital, estaba glucosada.

A nivel general, como mecanismo para evitar posibles padecimientos como estos, entre las principales recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la población adulta está la de reducir el consumo de azúcar al 5% de la ingesta calórica diaria, equivalentes a 25 gramos por día.

El Alzheimer se empieza a notar cuando al adulto le cuesta realizar algunas tareas diarias que hacían parte de su cotidianidad. | Foto: Getty Images / PamelaJoeMcFarlane
¿Qué vitaminas fortalecen la memoria y combaten el Alzheimer?

Unos de los nutrientes más importantes en el organismo son las vitaminas que son necesarias para el funcionamiento celular, crecimiento y desarrollo. De hecho, existen 13 vitaminas esenciales, entre ellas, la vitamina A, B, E, D, K, C, folato y biotina, y se agrupan en dos categorías: las vitaminas liposolubles y las vitaminas hidrosolubles.

De acuerdo con Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, las vitaminas liposolubles son las que se almacenan en el hígado, el tejido graso y los músculos del cuerpo. “Las cuatro vitaminas liposolubles son A, D, E y K. Estas vitaminas se absorben más fácilmente por el cuerpo en la presencia de la grasa alimentaria”. En cuanto a las vitaminas hidrosolubles, estás como tal, no las almacenan el cuerpo y son vitaminas hidrosolubles, entre ellas la vitamina C y todas las vitaminas B.

En ese sentido, es importante consumir buenos suplementos vitamínicos para fortalecer todas las funciones de los órganos, especialmente del cerebro.

De acuerdo con el portal web Supradyn, las vitaminas que fortalecen la salud cerebral y que previenen enfermedades como el Alzheimer son la vitamina del grupo B, la vitamina C, la vitamina D y la E.

La vitamina del grupo B puede ser encontrada en alimentos como las legumbres, el pescado, la carne, los huevos, los lácteos y las verduras de hoja verde. En cuanto a la vitamina C, está hace parte de alimentos como el pimiento rojo y el pimiento verde, los kiwis, el brócoli y las fresas.

El nutriente D puede ser ingerido a través de productos como el pescado azul (salmón, atún y caballa) y, en menor cantidad, hígado de ternera y queso. Por último, los alimentos que tienen la vitamina E son las semillas de girasol, frutos secos, espinacas y kiwi.

El kiwi es una de las frutas que contiene vitamina C y E, importantes en el tratamiento del Alzheimer. Foto: Getty images. | Foto: GettyImages