El primer condimento que no solo invadió los hogares, sino que también empezó a enfermar a las personas fue la sal, causando enfermedades cardiovasculares.

La presión arterial guarda relación con enfermedades cardiovasculares. Muchas personas sufren de ello por la ingesta excesiva de sal | Foto: Getty Images

Años después, el azúcar le robó el protagonismo y se fue convirtiendo en el alimento que todos debían limitar dentro de alguna dieta dieta sana y equilibrada.

Según el doctor Juan Carlos Percovich, endocrino del Hospital Ruber Internacional, “en España se consume más de cuatro veces lo que se necesita, es decir 111 gramos, siendo la cantidad de azúcar recomendable menos de 25 gramos”.

.Añadiendo que “muchas veces no nos damos cuenta del azúcar que tomamos, ya que puede estar de forma no explícita en las salsas comerciales, zumos envasados, lácteos, entre otras”.

Graves daños

Ingerir de manera desmedida el azúcar, está relacionado con el riesgo de desarrollar sobrepeso.

Según el experto, “el porcentaje de personas con sobrepeso en España oscila entre el 31 y el 45% de la población, lo que significa, entre otras cosas, que existe una clara tendencia a desarrollar enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial y diabetes mellitus tipo 2”.

El consumo en exceso de azúcar puede ocasionar sobrepeso. | Foto: Getty Images

Por ello, según manifiesta, “las personas sedentarias y con cierta tendencia a tener sobrepeso, deberían reducir la energía obtenida por los azúcares. También los pacientes con diabetes deberían consumir muy poca azúcar y si es posible, la deberían evitar”, indicó.

El consumir en exceso el azúcar produce además un aumento de los niveles de insulina, puede generar también problemas dermatológicos, caries dental y existe la posibilidad de que hayan alteraciones de la memoria, del estado del ánimo y ciertas actitudes adictivas.

La recomendación de la Organización Mundial de la Salud., OMS, es consumir 25 gramos diarios.

Al estar por debajo de tal cantidad, según apunta Percovich, “su ingesta no debería suponer mayor peligro para la salud. De forma práctica se puede representar como dos cucharadas soperas de azúcar o un vaso de bebida azucarada de 250 mililitros”.

¿Es necesario consumir azúcar?

Para el experto, el azúcar, como tal, no sería necesaria para el cuerpo humano, pero lo que sí necesita es glucosa, la cual se puede obtener de diferentes fuentes, como los cereales, las legumbres, las frutas y los vegetales”.

“Necesitamos que el 60 % de las calorías de la dieta diaria procedan de los carbohidratos. El azúcar de mesa o sacarosa es un tipo de hidrato de carbono y su principal función es la de aportar energía de uso inmediato, por eso, se le considera como un hidrato de absorción rápida. Además, sirve para edulcorar los alimentos”, detalló.

Es necesario mencionar que el tener niveles bajos de azúcar, no es lo mejor. “Cuando se registra un valor bajo de glucosa en sangre y se refieren síntomas como taquicardia, dolor de cabeza y ansiedad que se resuelven cuando se ingiere glucosa, allí se habla de un déficit real de azúcar”, manifestó Percovich.

El exceso de sal

Las enfermedades asociadas al consumo de sal son la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares, como los infartos cerebrales y cardíacos, además de presentarse personas con osteoporosis, cálculos renales, e incluso se le relaciona con ciertos tipos de tumores.

Los expertos señalan que la sal, en su justa medida, es fundamental para mantener un buen estado de salud, sobre todo porque se encarga de que el organismo esté en equilibrio.

Es necesario mencionar que la cantidad de sal que no se debe superar es de 5 gramos de sal al día, lo que viene a ser una cucharadita.

Al cocinar debe optar por utilizar la cantidad de sal recomendada por la OMS. | Foto: Getty Images

“En España se consume más de cuatro veces la cantidad de sal recomendada por la OMS y el 75 % de esta cantidad es debida al consumo de alimentos procesados”, añadió Percovich.

Al no poder evitar la sal que está incluida en los alimentos procesados, la opción se centra en reducir aquella que se aplica en la preparación de las comidas o la que se añade, por ejemplo, a las ensaladas.