Las fuentes de vitaminas habitualmente están en los alimentos de origen vegetal y animal, y en los suplementos alimentarios. Además, no todas las vitaminas sirven para todo, cada una tiene una tarea a cargo en el organismo.
Por ejemplo, existen unas que ayudan a fortalecer el sistema inmune y de este modo, evitar que se desarrollen enfermedades frecuentes por virus en el ambiente u otras bacterias que puedan estar presentes en el mismo.
Vitamina A
Es una de las mejores vitaminas para el organismo, pues es de fácil absorción. Este nutriente se considera esencial para la salud del sistema inmune y, según la revista Vidae, publicada a través del portal Mundo Depotivo, si se combina con grasa saludables, su absorción será mejor.
Vitamina C
Es una de las más importantes para cuidar el sistema inmunológico, ayuda a la cicatrización de las heridas y a proteger contra los efectos de los radicales libres, los cuales pueden desempeñar un papel en las enfermedades cardíacas, el cáncer y otras enfermedades.
La vitamina C también ayuda al cuerpo a absorber y almacenar el hierro, precisa Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Debido a que el cuerpo no produce vitamina C, necesita obtenerla de la dieta y puede hallarse en las frutas cítricas, las bayas, las papas, los tomates, los pimientos, el repollo, las coles de Bruselas, el brócoli y las espinacas.
Vitamina B
Las vitaminas de este grupo ayudan a las células del cuerpo a generar la energía que aportan los alimentos y a usar los nutrientes para reparar los tejidos.
La vitamina B6 (piridoxina), por ejemplo, es vital para el desarrollo cerebral y para mantener en buen estado el sistema nervioso y el sistema inmunitario. Se puede encontrar en el pollo, el pescado como el salmón y el atún, en vegetales verdes y en los garbanzos.
Esta vitamina también se puede tomar como suplemento, por lo general, en forma de cápsula, comprimido o líquido; sin embargo, se recomienda que se consuma solo si un médico lo receta.