Desde tiempos ancestrales, el refranero popular ha destacado las propiedades excepcionales del ajo, considerándolo un superalimento esencial en la vida diaria.
Dichos como “Tan sano es el trabajo como la sopa de ajo” y “A quien ajo come y vino bebe, ni la víbora le puede” reflejan la sabiduría popular sobre los efectos medicinales de este alimento.
Este bulbo no solo es un aliado culinario, sino que también ofrece una amplia gama de beneficios para la salud, desde fortalecer el sistema inmunológico hasta mejorar la salud cardiovascular. Aquí hay 10 principales beneficios del ajo.
El superalimento
El ajo, conocido científicamente como Allium sativum, es rico en compuestos sulfurados, polisacáridos, saponinas, fructosanas (prebióticos), vitaminas A, B1, B3, B6, C, y minerales como hierro, sílice, azufre y yodo.
Sus propiedades se deben principalmente a dos sustancias clave: la alicina y la adenosina. Consumir ajo crudo activa la alicina, mientras que cocinar los dientes de ajo produce adenosina. Esta composición única le otorga al ajo propiedades antioxidantes, antibacterianas y antiinflamatorias, y todo esto con solo 149 kcal por cada 100 gramos.
Tome nota de los 10 beneficios del ajo
- La alicina en el ajo crudo fortalece el sistema inmunológico y ayuda a prevenir enfermedades virales. Incluir el ajo crudo en la dieta diaria puede reducir el riesgo de infecciones.
- Los compuestos activos del ajo combaten la inflamación y mejoran la condición de personas con problemas óseos como osteoporosis y osteoartritis. También es beneficioso durante la menopausia para reducir el daño óseo.
- Para la salud cardiovascular. Los compuestos sulfuraos del ajo bloquean la agregación de plaquetas y evitan la obstrucción de arterias. La alicina y el ajoeno actúan como anticoagulantes naturales, ayudando a controlar la presión arterial y previniendo enfermedades cardiacas.
- Para la reducción del colesterol. Estudios del Instituto de Toxicología de la Universidad de Shandong demuestran que el ajo reduce los niveles de colesterol total y triglicéridos, contribuyendo a una mejor salud cardiovascular.
- Los compuestos sulfurados como la alicina tiene efectos positivos en la función cerebral y pueden ayudar a prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
- Históricamente utilizado por atletas de la Antigua Grecia y soldados, el ajo mejora la capacidad pulmonar y reduce el desgaste muscular, potenciando el rendimiento físico.
- El ajo es rico en azufre, necesario para producir glutatión, un antioxidante crucial para la salud ocular. También contiene luteína, zeaxantina, zinc y vitaminas C y E, que combaten la degeneración macular.
- Perfecto para la reducción del estrés. El glutatión presente en el ajo ayuda a combatir el estrés y a mantener los niveles de cortisol bajo control, mejorando la calidad del sueño y el descanso.
- El ajo facilita la digestión y ayuda en el control del peso al agilizar el metabolismo y aumentar la producción de adrenalina, lo que favorece la quema de calorías y tiene un efecto saciante.
- Los polifenoles en el ajo combaten el estrés oxidativo y contribuyen a la longevidad. Un estudio en China mostró que los adultos que consumían ajo regularmente vivían más tiempo.
Incorporar el ajo en la dieta
Para aprovechar estos beneficios, se puede consumir dientes de ajo naturales o utilizar alternativas más practicas como ajo deshidratado, pulverizado o en cápsulas.
La dosis recomendada para un adulto es de 40 gramos al día. En el mercado se encuentran varios productos que tienen las propiedades del ajo en cápsulas y muy fáciles para el consumo. El ajo, con su vasta lista de beneficios, es verdaderamente un superalimento que ha resistido la prueba del tiempo, ofreciendo salud y bienestar en cada diente.