Las lentejas son un alimento fácil de preparar, aunque puede aumentar su nivel de dificultad dependiendo del tipo de receta para las que las requiera: además de que hay unas más o menos calóricas, todo depende de para qué las necesite porque son unas legumbres muy versátiles.
Aunque es común ver que son acompañadas por tocineta, chorizo y morcilla, estos ingredientes pueden sustituirse por vegetales como el brócoli, la zanahoria, el apio o la cebolla para hacer de los platos más saludables. En ocasiones, se piensa que el hecho de consumir lentejas puede aumentar de peso, pero no es así, esto depende lo que le acompañe.
Además, si se tiene poco tiempo para cocinar y ve como una opción las lentejas, tenga en cuenta que se puede elaborar en ensaladas combinándolas con ingredientes como el tomate, la cebolleta o el pimiento, o incluso probar combinaciones menos tradicionales con manzana o apio.
Las lentejas contienen hierro
Aunque durante el tiempo se ha creído que las lentejas son buenas para enriquecer el contenido de hierro en el cuerpo por medio de la dieta, esto no es del todo cierto, ya que, pese a que sí tienen mucho hierro, este no es absorbido bien por el organismo, ya que es de contenido vegetal y no como el de origen animal, que se obtiene por medio de las carnes.
El organismo solo aprovecha de 2 a 5 %, pero si lo que se quiere es favorecer su absorción, es recomendable que se combine esa legumbre con alimentos ricos en Vitamina C, como la fruta o una ensalada de tomate, para que se pueda lograr un mejor aprovechamiento de ese mineral.
Asimismo, su contenido es rico en fibra, potasio, proteínas y poca grasa
Este alimento es buena fuente de proteínas con un porcentaje muy superior a otro alimento vegetal. De sus minerales, destaca el potasio, calcio, magnesio, yodo, fósforo y zinc. También, aporta muchas vitaminas del grupo B (B1, B6 y ácido fólico).
Las lentejas son ricas en almidón y no tienen grasa y es recomendable que la población con riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares sustituya las carnes por legumbres. Gracias a su contenido de fibra, tanto insoluble (celulosa y hemicelulosa) como soluble (pectina), es bueno para acelerar el metabolismo.