Según el más reciente informe de inactividad física en el mundo, más conocida como sedentarismo, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1.800 millones de personas no practican ninguna actividad física, es decir, no cumplen con los 150 minutos a la semana de rutinas aeróbicas o anaeróbicas, tiempo mínimo requerido para mantener un buen estado corporal y mental.

Las pausas activas mediante ejercicios se deben de convertir en un hábito durante la jornada laboral. | Foto: El País

Los efectos negativos del sedentarismo son más preocupantes en la actualidad, cuando gran parte de la población adulta desempeña trabajos en oficinas, o de forma remota en sus hogares, que las mantienen sentadas frente a un computador por largas jornadas, agravando los efectos en su calidad de vida. De ahí que se hayan implementado las pausas activas en las diferentes empresas y organizaciones, como una medida de salud pública para brindar bienestar físico y mental a los empleados.

Las mujeres en embarazo también deben mantener activas, el sedentarismo puede afectar su proceso. | Foto: Getty Image

Vale recordar que, como diferentes estudios han evidenciado, la inactividad física implica un riesgo de mortalidad mayor para las personas, quienes “no hacen suficiente ejercicio presentan un riesgo de mortalidad de un 20% a un 30% superior” en comparación con las personas físicamente activas.

De acuerdo con un documento del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, las pausas activas son “sesiones de actividad física desarrolladas en el entorno laboral, con una duración continua mínima de 10 minutos que incluye adaptación física cardiovascular, fortalecimiento muscular y mejoramiento de la flexibilidad buscando reducir el riesgo cardiovascular y las lesiones musculares por sobreúso asociados al desempeño laboral”.

Algunos expertos recomiendan pausas de 10 minutos cada hora, o incluso de 5 minutos cada media hora, en la que se pueden hacer ejercicios sencillos de tipo aeróbicos, estiramiento, caminatas pequeñas y algún ejercicio con niveles de intensidad muy bajos.

Entre los beneficios de las pausas activas se encuentran el mantenimiento de la circulación sanguínea, principalmente de las piernas, que permanecen más inactivas que el resto del cuerpo, con lo que se previene la aparición de enfermedades cardiovasculares. Estos momentos de ruptura con la dinámica laboral ayudan también a bajar los niveles de estrés y generar más concentración, redundando en la salud mental de los trabajadores.

Luego de horas de trabajo frente a un computador, lo más conveniente son las pausas activas: pararse, caminar por tres minutos, estirar los miembros donde siente cansancio, flexionar las piernas, tomar agua y volver a la actividad.

Por otro lado, algunos ejercicios, para los que se recomienda tener guía —en las primeras sesiones— de un profesional en salud en el trabajo, son ideales para estirar los músculos del cuello y la espalda que se tensionan con frecuencia, evitando así que se generen dolores crónicos.

Las pausas activas son consideradas de vital importancia por la OMS en sus objetivos para disminuir el sedentarismo, por lo que pretenden que más allá de una política organizacional, se transformen en hábitos de cada empleado, y a esto sumarle la actividad física en la vida cotidiana.