El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta principalmente a la memoria y al funcionamiento cognitivo. Tener un familiar con Alzheimer puede ser un desafío emocional y práctico para los cuidadores y la familia en general. Es importante comprender que, a pesar de los cambios y desafíos que implica la enfermedad, la persona con Alzheimer no carece de emociones, sentimientos o pensamientos.
Los expertos aseguran que la persona es presa de una devastadora sintomatología adversa, cursada bajo síntomas físicos, psicológicos, conductuales y sociales. El deterioro del cuidador provoca un cambio trascendente en la estructura familiar; el agotamiento de la persona se manifiesta en fatiga, problemas del sueño, cefaleas y una gama extensa de problemas orgánicos.
La pérdida de la memoria y la identidad
Uno de los retos más evidentes de tener un familiar con Alzheimer es la pérdida de la memoria. La enfermedad afecta gradualmente la capacidad de recordar eventos recientes, personas y detalles de la vida diaria.
Esto puede generar confusión y frustración tanto para la persona con Alzheimer como para sus seres queridos. Es importante comprender que la pérdida de memoria no significa que la persona haya perdido su identidad. Aunque los recuerdos pueden desvanecerse, la esencia de la persona y su personalidad aún están presentes.
Tener en cuenta una comunicación efectiva
El Alzheimer también puede dificultar la comunicación entre la persona afectada y sus familiares. Los problemas de lenguaje, la dificultad para encontrar palabras y la desorientación pueden dificultar la expresión y comprensión verbal.
Por eso, es esencial adoptar estrategias de comunicación efectivas, como hablar con claridad, utilizar un lenguaje sencillo y enfocarse en la expresión no verbal, como el contacto visual y los gestos. Además, es importante escuchar con atención y mostrar empatía para comprender las necesidades y emociones de la persona.
Importante: el cuidado y la seguridad
Este padecimiento puede afectar la capacidad de la persona para cuidar de sí misma y mantener su seguridad. Pueden surgir desafíos en actividades básicas como comer, vestirse e incluso realizar tareas cotidianas.
Es fundamental crear un entorno seguro en el hogar, eliminando posibles peligros y adaptando el espacio a las necesidades de la persona. Además, es importante establecer una rutina estructurada, brindar apoyo en las actividades diarias y asegurarse de que la persona reciba una alimentación adecuada y medicamentos según lo prescrito.
Pilas con los cuidadores
El cuidado de un familiar con Alzheimer puede ser agotador y emocionalmente desafiante. Los cuidadores a menudo se enfrentan a altos niveles de estrés, ansiedad y agotamiento físico y emocional. Es fundamental que los cuidadores también cuiden de sí mismos.
Esto implica buscar apoyo de otros miembros de la familia, amigos o grupos de apoyo, así como tomarse tiempo para descansar y cuidar de su propia salud física y mental. La autoatención y el autocuidado son fundamentales para mantener la calidad de vida tanto del cuidador como del familiar con Alzheimer.
Por eso, es tan importante mantener una estrecha red de apoyo, pues esto le brinda al cuidador un mayor apoyo emocional, una garantía en la ayuda desinteresada y un amparo en la ejecución de la gestión diaria del cuidado. Las visitas e interacciones con personas de su entorno le pueden brindar un desahogo al cuidador y un sustento emocional y cálido al enfermo. Debido a que muchos de los cuidadores y sus familias se sienten aislados y con altos niveles de estrés, la atención y el apoyo externo cobran gran importancia.
A través de una comunicación efectiva, un cuidado adecuado y el apoyo mutuo entre los miembros de la familia, es posible abordar estos retos de manera efectiva y proporcionar un entorno amoroso y comprensivo para el familiar con Alzheimer.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.