A lo largo de los años, las personas guardan medicamentos en sus casas a pesar de que ya haya pasado su fecha de caducidad con la ilusión de que si los llegan a usar, tengan el mismo efecto para solucionar el problema de salud.
Todos los medicamentos tiene una fecha de caducidad como medida sanitaria para garantizar la seguridad, calidad y eficacia del producto. Aunque se recomienda no consumir un medicamento expirado, en algunos casos es posible que no suceda nada a las personas que lo hagan.
En el año 2012, los doctores Lee Cantrell y Roy Gerona realizaron una investigación en la que analizaron a 14 fármacos que habían permanecido en la bodega de una farmacia, guardados en condiciones óptimas, con fecha de expiración vencida entre 28 y 40 años.
Los resultados del estudio de los doctores Cantrell y Gerona mostraron que 12 de los 14 medicamentos conservaban el 90 % de su principio activo, cifra más que aceptable teniendo en cuenta los estándares de efectividad que esperaban los investigadores.
De igual manera, según el director del Servicio de Farmacología Clínica de la Universidad de Navarra en España, José Manuel Azanza, a la BBC, si una persona ingiere medicamentos días después de su vencimiento es probable no les pase nada. Esto se da porque muchos de estos fármacos tienen registrada una fecha de vencimiento entre dos y cinco años después de su producción por cumplimiento de la legislación, sin embargo, en realidad siguen siendo útiles.
Por otra parte, lo más recomendable es consumir los medicamentos ante de la fecha de caducidad para tener mayor eficacia del producto. Sin embargo, si una persona se intoxica por fármacos vencidos puede sufrir algunos síntomas como náuseas, vómito, diarrea, boca seca, confusión, pérdida de visión, somnolencia, respiración rápida o lenta, dolores de cabeza, hiperactividad, pupilas dilatadas o pequeñas y dolor en el pecho.