El cuerpo de un adulto está formado por 206 huesos que están repartidos de la siguiente forma: 26 el cráneo, 41 en el rostro y 6 en el oído, en el que se alberga la pieza ósea más pequeña de todo el cuerpo, que solo mide entre dos y tres milímetros.
Después, está la mano que está compuesta por 27 huesos y el pie que tiene 26. La columna contiene 34 vértebras, aunque en algunas ocasiones hay una menos, por la fusión de dos piezas, pero esto generalmente no sugiere ninguna diferencia en el cuerpo.
En el caso de los bebés, estos nacen con muchos huesos más y su esqueleto está formado por 300, pero a medida que crece, algunos de ellos se fusionan hasta el momento en el que se detiene el crecimiento a la edad de los 25 años, más o menos, y quedan con 206 huesos.
¿Cómo son las formas de los huesos?
Las formas y tamaños varían en todos los huesos; en el caso de los largos, se encuentran en los brazos, las piernas y los dedos de las manos y pies. Estos son largos y delgados con una forma cilíndrica. Su movimiento se da gracias a los músculos que los rodean.
Los huesos más cortos son los de las muñecas y tobillos, que tienen casi la misma longitud y grosor.
En el caso de los huesos planos, se hallan en el cráneo, los omóplatos, y servir como ancla a los músculos.
Los huesos irregulares están situados en la médula espinal y tienen dimensiones únicas.
Finalmente, los huesos sesamoideos están en manos, muñecas, pies, orejas y rodillas y tienen esa denominación porque son huesos pequeños y redondos incrustados en los tendones, que los protegen de la presión y fuerza.