Son varias las razones por las que una persona puede perder sus dientes, siendo una de las más comunes la caries dental. mAunque también se puede atribuir a enfermedades periodontales, infecciones, cáncer, traumatismos y procedimientos dentales inadecuados.
Por sus raíces es que los dientes se mantienen firmes, debido a que están incrustadas en el hueso de la mandíbula.
La mala higiene bucal es la que lleva a que se produzca la acumulación de sarro que provoca enfermedades e infecciones en las encías. Esto producirá dolor, hinchazón, sangrado de las encías, destrucción del hueso, y perdida de dientes.
Según explica el Dr. Sanz en Southern Delaware, una vez que el diente se pierde, se crea un espacio en su boca, y es allí cuando los dientes restantes se vuelven libres para desplazarse en este espacio.
Quien pierda el diente tendrá dificultades para masticar y hablar, y también afectará la apariencia de su sonrisa. Por eso es necesario que un periodoncista experto sustituya los dientes faltantes por implantes dentales, sobre todo antes que comience el proceso de reabsorción y los espacios se empiecen a cerrar.
“La función del hueso de la mandíbula es alojar los dientes. Una vez que se pierden los dientes, el hueso ya no sirve para su propósito y se somete al proceso de reabsorción”, mencionó Sanz.
Además, la mandíbula se puede encoger, y llegar a derrumbarse por el colapso facial.
Otro punto que se ve afectado es la masticación, lo que lleva a una restricción de los hábitos alimenticios, pudiendo provocar una nutrición incompleta y problemas digestivos.
La pérdida de dientes puede inclusive afectar la calidad del habla, ya que esta está relacionada con la presencia de los dientes, los huesos de la mandíbula, la lengua y los labios.