La cúrcuma es una planta versátil que se conoce por sus propiedades nutricionales; en particular, se ha estudiado por sus efectos en el tratamiento del hígado graso y otras enfermedades crónicas.
Esta planta, que suele cultivarse en Asia y América Central, suele usarse como especia, ya que es un ingrediente esencial del curry molido. También se emplea como tinte, pues obtiene un color amarillo brillante después de ser procesada.
Entre tanto, en la medicina tradicional de la India se emplea para calmar dolencias y trastornos inflamatorios. De ahí a que se haya estudiado como posible coadyuvante contra el hígado graso.
Ayuda a combatir el hígado graso
El hígado es el segundo órgano más grande del cuerpo humano. Se encarga de procesar los nutrientes de los alimentos y filtrar las sustancias nocivas de la sangre. En este órgano se pueden desarrollar distintas enfermedades como la esteatosis hepática o hígado graso, una afección que se origina por la acumulación excesiva de grasa en esta zona.
Tener altos niveles de grasa en el hígado puede causar inflamación, lo que termina en daños considerables y cicatrices. En los casos más graves, las cicatrices producen insuficiencia hepática o fallo hepático, un nivel de deterioro en el que este órgano pierde la capacidad de cumplir con su función.
Los efectos antioxidantes de la cúrcuma se han relacionado con una mejora en la función hepática. Esto se debe a que pueden evitar que algunas toxinas causen daños en este órgano. A continuación, detallamos otros beneficios que se atribuyen a este ingrediente natural.
1. Ayuda a proteger de enfermedades hepáticas relacionadas con el estrés oxidativo
El estrés oxidativo se produce por un desequilibrio en las células, causado por un incremento de los radicales libres y una disminución de los antioxidantes. Este deterioro celular se considera un factor clave en el daño hepático, que también es inducido por agentes como el alcohol, las drogas, las infecciones virales, entre otros.
Un estudio publicado en Nutrients determinó que la curcumina, el ingrediente activo de esta planta, cuenta con varias funciones capaces de proteger y tratar al hígado. En general, funciona como un eliminador de radicales libres. No obstante, aún se requieren más estudios para considerar la eficacia de la curcumina contra las enfermedades hepáticas asociadas a la oxidación.
2. Puede mejorar la enfermedad del hígado graso no alcohólico
De acuerdo con una revisión de estudios publicada en Integrative Medicine Research, la suplementación con curcumina puede ser efectiva para tratar la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD).
Del mismo modo, un estudio publicado en Phytotherapy Research encontró que este compuesto puede reducir el contenido de grasa hepática en pacientes de enfermedad del hígado graso no alcohólico, así como el índice de masa corporal, los niveles de colesterol total, colesterol LDL, triglicéridos, glucosa, entre otros.
Este estudio también expone que la curcumina es segura y bien tolerada por el cuerpo. Sin embargo, aún se requiere más investigación clínica, por lo que la cúrcuma y sus suplementos no se consideran un tratamiento de primera opción para la enfermedad del hígado graso.
¿Qué tan efectiva es la cúrcuma?
A pesar de que existen estudios que vinculan a la curcumina, el principio activo de la cúrcuma, con una protección del hígado, una mejora en pacientes de enfermedad del hígado graso no alcohólico y una reducción importante de la grasa hepática, esta planta en sus diferentes presentaciones no se puede utilizar como un tratamiento de primera elección.
Asimismo, se recomienda consultar con su médico antes de empezar a ingerir hierbas o tomar suplementos de cúrcuma como ayuda para el tratamiento del hígado graso. No hay que ignorar que esta enfermedad es crónica y requiere otro tipo de abordaje.