Cada 5 de noviembre a nivel mundial se conmemora el Día Internacional del Cuidador, con el objetivo de hacer un reconocimiento a la labor que desempeñan las personas dedicadas al cuidado de otros durante la mayor parte de su tiempo.
Entre los humanos que los cuidadores se encargan de ofrecerles sus funciones y talentos se destacan los que necesitan un acompañamiento constante como los adultos mayores, personas con enfermedades crónicas, personas con síndromes, personas con discapacidades, entre otros.
Sin embargo, desempeñarse como un cuidador implica que contraigan el Síndrome de Burnout, el cual es un conjunto de síntomas físicos, emocionales y psicológicos que experimentan las personas que conviven y cuidan a alguien dependiente.
Lo anterior se debe a que suelen asumir una gran carga de responsabilidad y estrés, lo que puede llevarlos descuidar su propio bienestar al exponerse a una serie de factores que acaban absorbiendo su vida personal, como el cansancio, la sobrecarga y el estrés del cuidador.
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Entre los síntomas más comunes se destacan: La fatiga extrema, el agotamiento emocional, la ansiedad, la depresión, aumento o disminución del apetito y del peso, trastornos de sueño y el aislamiento social. Además, muchos cuidadores han tenido que enfrentarse a sentimientos de culpa o frustración por no poder cumplir en algunas ocasiones con todas las demandas del cuidado o a causa de que no tienen tiempo para sí mismos.
“Es crucial que los cuidadores reconozcan los signos de este síndrome y busquen ayuda profesional lo antes posible para evitar mayores complicaciones. Aunque solemos enfocar nuestra atención en las necesidades del paciente, no debemos olvidar la importancia del bienestar del cuidador, quien también necesita apoyo”, señaló la doctora Paola Lozano, médica cirujana de Heel Colombia.
Y agregó sugiriendo que ”es fundamental que los cuidadores reciban apoyo y recursos para evitar el desgaste emocional y físico. Programas de atención a la salud mental, medicina biorreguladora que de proporcionar un descanso adecuado y redes de apoyo social pueden ser claves para prevenir el desarrollo del Síndrome del Cuidador”.