Uno de los principales complejos que pueden tener las personas en cuanto a su salud bucal es el hecho de tener los dientes de color amarillo, esto debido a que la mayoría desearía tener su sonrisa blanca y reluciente, sin embargo, está comprobado que lograr esto de manera natural es algo altamente improbable.

Los dientes completamente blancos, aunque bonitos, son prácticamente imposibles de lograr de forma natural. | Foto: Getty Images

Los diferentes hábitos alimenticios, las prácticas de higiene dental, la edad y hasta la genética son factores que pueden determinar aspectos como la decoloración, el oscurecimiento, la tonalidad o el manchado de los dientes, que no solo son distintos entre individuos, sino que son variaciones que también pueden presentarse en una misma persona.

Así las cosas, los dientes amarillos sí pueden deberse tanto a la genética como al descuido de las personas, o únicamente por alguno de los dos. Para determinar de manera exacta por cuál de estas razones es, hay que detenerse a mirar cómo se presenta la tonalidad amarillenta en cada caso.

Por el lado de la genética, hay que mencionar que el aspecto de la dentina y el grosor del esmalte son hechos netamente hereditarios. La dentina es el tejido que está en el interior de los dientes y, según el grosor y la calidad que este tenga, puede ser más factible que se presente una tonalidad más o menos amarillenta, o que ya una persona nazca con esos matices.

Asimismo, el esmalte se refiere a la capa transparente que protege los dientes, la cual será más o menos translúcida dependiendo del grado de mineralización que posea. Este esmalte es el que, por su transparencia, permite ver una mayor o menor intensidad en el color de la dentina.

Cepillar los dientes de manera profunda tres veces al día es el mejor hábito que se puede tener para cuidar su tonalidad. | Foto: El País

Esto también explica el hecho de que cuando una persona acude con un dentista para mejorar el color de su sonrisa, lo que primero se recomienda es el blanqueamiento dental, que consiste en modificar el tono de la dentina con sustancias y equipos especializados, pero el esmalte, como capa externa de los dientes, no suele presentar mayores alteraciones.

Ahora bien, la genética es algo que por sí solo no generará un aspecto amarillento fuerte en los dientes, ya que esto se ve influenciado en gran medida por el descuido en la salud bucal.

Existen dos situaciones durante la vida de la persona que, fundamentalmente, favorecen ese color para los dientes. Uno de ellos es el hábito alimenticio que se tenga, gracias a que hay un importante número de bebidas y alimentos que perjudican el tono de los dientes, y el consumo excesivo de estos será un factor determinante a la hora de presentar la coloración amarilla.

El vino, el café y las bebidas gaseosas, el consumo de salsas, remolacha, golosinas y cítricos son algunos de los cuales causan corrosión en el esmalte, lo que permite que los residuos lleguen hasta la dentina, oscureciendo o manchando al diente.

El vino tiene unas características tonales muy fuertes, que lo hacen manchas con facilidad dientes, ropa y otros elementos. | Foto: Wine Fest

Lo otro está en la higiene. Muchas de las personas que presentan tonos amarillentos en su dentadura no cumplen con las recomendaciones de cepillado, que deben ser tres veces al día o media hora después de cada comida. Pero también ocurre que los implementos de higiene son usados de manera inadecuada.

Por ejemplo, si la persona utiliza demasiada crema dental y colutorios con clorhexidina, puede ocurrir con facilidad que se presente un manchado de rápida percepción. El exceso de flúor también puede incidir en esto, ya que repercute en que se pierda el color original de los dientes.