La Organización Mundial de la Salud decretó el 5 de mayo el fin de la emergencia sanitaria por la pandemia de covid-19, la cual había sido declarada desde el 30 de enero de 2020. El anuncio lo hizo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
“Con gran esperanza declaro que la covid-19 ya no es una emergencia sanitaria de alcance internacional”, afirmó Adhanom Ghebreyesus, estimando que la pandemia dejó “al menos 20 millones” de muertos, casi tres veces más que el balance oficial de su organización.
A pesar de ello, el virus todavía está matando al menos a una persona cada cuatro minutos, gracias a entre otras cosas, a que aún hay una gran cantidad de personas que no se han vacunado.
Aunque según la OMS, el virus representa una amenaza menor para gran parte del planeta, sigue siendo sumamente peligroso para una parte de la población. Es más, en Estados Unidos, en 2022 fue la tercera causa de muerte, detrás de las enfermedades cardíacas y el cáncer.
Es por ello que la OMS afirma que se deben “integrar la vacunación contra la Covid-19 en los programas de vacunación a lo largo de la vida. Los Estados parte deben mantener los esfuerzos para aumentar la cobertura de vacunación contra la covid para todas las personas de los grupos de alta prioridad”.
A pesar de ello, a diferencia de otras causas de muerte, como el tabaquismo, actualmente no se están aplicando políticas para reducir el daño del covid, como por ejemplo las vacunas obligatorias o el uso de tapabocas en espacios cerrados.
Ziyad Al-Aly, director del Centro de Epidemiología Clínica en Veterans Affairs St. Sistema de atención médica de Louis en Missouri afirma que, el “covid todavía infecta y mata a mucha gente. Tenemos los medios para reducir esa carga”.
Aunque desde inicios de este 2023 la cifra de contagios y fallecimientos reportados han empezado a reducirse en el mundo, aun constituye una amenaza real. Sin embargo, en la última semana de abril la Organización Mundial de la Salud confirmó 63.000 casos y 3.500 muertes a nivel global; en enero, en parte debido a la ola en China, fueron 1,3 millones de casos positivos y 14.000 fallecidos.
¿Hay planes a largo plazo?
Aún no existe un plan global a largo plazo para proteger a las personas más vulnerables ante el virus y evitar una nueva ola. Además, desde el inicio de la pandemia, no existe consenso sobre el covid, tanto así que hasta en los países donde la vacuna estuvo disponible en menos de un año después del inicio de la contingencia, muchas personas se negaron a tomarla.
La falta de inmunización general provocó más de 300.000 muertes sólo en Estados Unidos y según estudios, la vacunación pudo prevenir la muerte de medio millón de personas.
“Sabemos que politizar la salud pública es una de las tragedias de la pandemia”, sostiene Al-Aly. “Los líderes políticos aprovecharon sus respuestas no solo para promover la salud pública, sino también para promover su propia narrativa y obtener apoyo para ellos mismos”.
Para evitar un nuevo evento de estas magnitudes, la OMS ha dictaminado que, se debe “reunir información procedente de diversas fuentes de datos de vigilancia sobre agentes patógenos respiratorios para permitir un conocimiento exhaustivo de la situación”.
Además, la OMS debe seguir recolectando los datos sobre mortalidad y morbilidad, así como de la información sobre vigilancia de variantes y preparar la autorización de contramedidas médicas en los marcos normativos nacionales para garantizar la disponibilidad y el suministro de vacunas a largo plazo.
La organización mundial de la salud considera que los países “deben reforzar sus autoridades reguladoras para apoyar la autorización y el uso a largo plazo de vacunas, pruebas diagnósticas y tratamientos”, para evitar que el virus siga provocando muertes alrededor del mundo.