Los arándanos son un alimento muy buscado en la actualidad, debido a sus propiedades nutritivas y beneficios en la salud. De hecho, en los últimos años, algunas investigaciones han avalado sus propiedades saludables, derivadas de su consumo en jugo sin azúcar.
Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, tomar un jugo de arándanos al día puede contribuir con: vitamina C (26 % del valor diario), vitamina E (20 % del valor diario), cobre (15 % del valor diario), vitamina K1 (11 % del valor diario), vitamina B6 (8 % del valor diario). Además, contiene ácidos orgánicos, terpenos, flavonoides como antocianinas y proantocianidinas, y otros compuestos saludables para el cuerpo.
Por esta razón, incorporar el jugo de arándanos a la dieta, puede reducir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, por su aporte de flavonoides, unos antioxidantes que, también, ayudan a bajar las probabilidades de sufrir arteriosclerosis.
Entre los beneficios particulares de los arándanos, un estudio del European Journal of Nutrition, encontró que el jugo de esta fruta mermó los factores de riesgo, como son los marcadores de inflamación y el colesterol malo, para enfermedades cardíacas en pacientes con sobrepeso y obesidad.
Así mismo, este fruto tiene afecta positivamente en la salud digestiva, porque contribuye a reducir la inflamación del tracto gastrointestinal. Y, según un estudio publicado en Journal of Research in Pharmacy Practice, ayudaría a contener el crecimiento de la bacteria Helicobacter pylori (H. pylori) en el revestimiento del estómago.
Lo que pocos saben sobre el jugo de arándanos, es que contiene proantocianidina, un compuesto que ayuda a prevenir la aparición de bacterias dañinas en los dientes. De modo que, protege la dentadura de enfermedades periodontales y acumulación de placa. Este efecto ha sido corroborado por un estudio de reciente publicación en el Journal of Dentistry.
Pese a todo lo anterior, vale aclarar que los beneficios son del jugo de arándanos 100% natural y sin azúcar, no de productos procesados.
Igualmente, su consumo debe ser moderado, por lo que antes de incorporarlo en la dieta, es prudente consultar con al médico de cabecera para determinar la cantidad y regularidad, de acuerdo a las condiciones de cada persona, en particular para aquellas que tengan prescritos medicamentos anticoagulantes. Algunos efectos secundarios, debido al exceso, podrían ser dolor abdominal, diarrea y picos altos de azúcar en la sangre.