Desde hace ocho años la caleña Marcela Ramírez Casasfranco es médica internista y desde hace cuatro, se ha encaminado a manejar el tema de obesidad y sobrepeso en muchos de sus pacientes.
Con la pandemia por el Covid-19 llegó primero el confinamiento en casa, el sedentarismo y posteriormente, una de las secuelas más notorias de esta situación: el incremento de un buen porcentaje de la población con exceso de peso. Además, tal como lo cuenta la doctora, “pacientes diabéticos que estaban controladitos, se empezaron a descontrolar; gente que nunca había sido hipertensa empezó a estarlo, como consecuencia del aumento de peso y parte, por el sedentarismo y el encierro”.
Este panorama la llevó a crear, hace ya año y medio, el programa ‘Adelgaza con tranquilidad’, en el que emplea, entre otros recursos, “medicamentos con nuevas moléculas que tienen menos efectos adversos y han funcionado muy bien”.
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Para el desarrollo del programa cuenta con su asistente, quien cumple un papel muy importante, como ella misma lo sostiene, y con una coaching, que también ayuda a las personas que están bajo el tratamiento.
Como médica es ella la que determina si un interesado puede ingresar al programa. “Bajo un chequeo médico completo, con exámenes de laboratorio, me encargo de ver las condiciones de salud de la persona, sus comorbilidades y dependiendo de eso determino si puede o no acogerse al programa y recibir los medicamentos que nosotros usamos para el control del hambre, de la ansiedad y para la pérdida de tejido adiposo”.
La médica Ramírez explicó a El País en qué consiste este tratamiento que le ha devuelto la salud y la alegría a muchos vallecaucanos que hace un tiempo estaban pasaditos de peso.
¿Qué es lo primero que hace con el interesado en bajar varios kilos?
Evalúo las condiciones de salud de la persona con su historia clínica, exámenes de laboratorio y veo si de verdad necesita perder peso, porque este tema es complicado en cuanto a la percepción. Muchas personas están bien y piensan que requieren menor peso, sobre todo las mujeres, que somos más exigentes en ese aspecto.
Luego de ese chequeo médico integral desde la órbita de un internista, considero si la persona es apta. Si lo es, le inicio el manejo en el consultorio.
¿En qué consiste ese manejo?
Les entrego un kit con medicamentos: una inyección que se aplica de forma subcutánea, unas pastas que ayudan a controlar el hambre y unas gotas para la ansiedad. La inyección se las aplico aquí en el consultorio y les enseño cómo ponérsela para que ellos puedan después aplicársela en la casa.
La persona se va con ese tratamiento para su hogar. A las seis semanas debe volver para ver cómo se ha sentido, si ha tenido algún efecto adverso. Antes de que nos volvamos a ver para un control, la couching está llamando al paciente, preguntándole cómo va. Ella les habla mucho del cambio en el estilo de vida. La idea es que la persona cambie el chip: más que para verse bonito, este programa es para que aprenda a comer bien, saludable, a hacer actividad física, con el fin de que tenga una mejor salud.
Al inicio y al final del tratamiento se hacen exámenes de laboratorio. Generalmente al inicio hay alteración de colesterol, triglicéridos, problemas de azúcar y al finalizar el programa, esos índices de laboratorio mejoran.
¿Después de las primeras seis semanas, qué viene?
Nos vemos en un control presencial. Hay pacientes con los que lo hacemos de manera virtual. Empezamos entonces a adicionar un medicamento para que nos ayude a agilizar la disminución del porcentaje de grasa corporal y se hace prescripción del ejercicio. Luego, los controles van de acuerdo a la necesidad del paciente. Al final, a los seis meses, esperamos que este haya cumplido el programa y hacemos una cita de cierre en la cual incluimos unos aspectos de bienestar.
¿Como cuáles?
Cuando tú pierdes peso el pelo empieza a caerse, las uñas se debilitan, la piel se puede resecar un poco, a veces las personas se impresionan mucho por eso, pero nosotros remediamos esa situación con un kit de bienestar para que se vea saludable. Eso lo manejamos a los seis meses con un plan de bienestar que también va acompañado de unos medicamentos.
¿Y qué sugiere para la alimentación?
Le indicamos a la persona que siempre debe desayunar, almorzar y cenar. Y hacemos un listado de cuáles son los mejores carbohidratos, proteínas, frutas, verduras para consumir, pero no se trata de hacer restricciones absolutas de algo. Porque todo debe ser balanceado, acorde con el proceso que se va a hacer.
¿Cuándo se empiezan a ver resultados?
Después del mes y medio. Las primeras dos semanas son de adaptación y ya después se empieza a perder peso, ves como ya se hace mucho más marcada en realidad esa pérdida de kilos. Y de ahí hasta los seis meses, que es la propuesta del programa. Hay personas que siguen hasta ocho meses porque tienen obesidades muy extremas.
¿Pero hay un promedio de pérdida de peso al mes?
Después del mes o mes y medio generalmente las personas pierden de dos a tres kilos y después pueden ser tres o cuatro kilos de ahí en adelante por mes, pero el metabolismo de cada persona es diferente. Al paciente le va mucho mejor si hace ejercicio. Tenemos casos de personas que han perdido 25 kilos.
Con algunos tratamientos y dietas las personas pierden muchos kilos, pero los dejan de hacer y duplican su peso. ¿Con este programa qué pasa?
Aquí nada es rápido, esto es algo que se hace progresivo, escalado y los medicamentos se usan también de esa forma. Es decir, se empieza con dosis muy chiquitas y luego se van aumentando. Lo que el programa promueve es que la persona vaya cambiando su estilo de vida, hasta que se le vuelva un hábito... Aquí son alrededor de seis meses en los que se le va educando sobre la alimentación, se le va mejorando la ansiedad por la comida y educando a que consuma porciones más adecuadas, su mismo estómago, su mismo organismo empieza a coger esa costumbre. Al final de los seis meses, todo ese proceso hace parte de su vida diaria, de su estilo de vida. No es algo abrupto, súbito.
¿Es cierto que con este tratamiento se reduce el estómago en forma natural? ¿En cuánto tiempo?
Más o menos son en los seis meses que dura el programa. Eso sucede en la medida en que el paciente comienza a comer porciones menos grandes. Cuando tú te comes en el desayuno arepa, dos huevos, café, jugo, todo eso te cabe en el estómago, pero si tú empiezas día a día disminuyendo la cantidad de cosas que te comes, tu estómago se va acostumbrando.
Al desayunar, almorzar y cenar como debe ser, con las porciones adecuadas en cada una de las comidas, esto se vuelve un hábito. Si antes le cabía cinco pedazos de pizza, con el tratamiento ya no lo hace, porque no le cabe. La sensación de llenura, de plenitud que te generan los medicamentos hace que te quepa uno o dos pedazos de pizzas. Comer menos se vuelve la costumbre.
En el primer mes hay vómito, náuseas, cansancio, la persona se preocupa porque no siente apetito. ¿Eso es normal?
Sí y va mejorando con el tiempo. Como el paciente viene con un mal hábito alimenticio, pues come como lo ha hecho normalmente, pero bajo los efectos de los medicamentos, el cuerpo no le asimila todo lo que él quiere comer y va a sentir malestar, náuseas, vómito. Ahí es cuando las personas van aprendiendo que no se va a comer la hamburguesa entera sino media; ni va a comer sopa, arroz, plátano, papa, sino la porción de arroz, la carne y la ensalada y eso va a ser suficiente. Así, esos malestares empiezan a mejorar.
¿Después de terminado el tratamiento hay que seguir con los medicamentos?
Nosotros nos vemos a las seis semanas de haber iniciado el programa, hay un control a los tres meses, y luego, al final del tratamiento. De ahí el paciente puede manejarse solito.
Los medicamentos van hasta los seis u ocho meses, de ahí en adelante ya no se siguen más. Lo que siempre se espera es que tu cuerpo y tus hábitos hayan cambiado lo suficiente para que sigas manteniendo las mismas rutinas sin necesidad de medicamentos.
“Me ha funcionado para la ansiedad”
Mauricio Vásquez Peláez es administrador de empresas. Cuando llegó al consultorio de la doctora Marcela Ramírez pesaba 141 kilos y dos meses después, tenía 14 kilos menos.
El joven, de 28 años y 1,80 m de estatura recurrió a ella luego de haber presentado un episodio de ansiedad y pánico por covid. Asegura que se siente bien con el tratamiento. “A mí me ha funcionado para la ansiedad y esas ganas de estar picando a cada hora”.
Su primera meta, dice, es llegar a pesar 115 kilos, pues es consciente de que bajar estando en un peso tan alto es complejo.
Sin embargo, lo que ha logrado hasta ahora con el programa lo tiene animado. “Tenía ropa guardada que me habían regalado y no me quedaba y no tenía forma de cambiarla pues no había tallas más grandes o ropa que me compré por gusto, con la esperanza de que bajaría un poquito y mentiras, uno no baja. Así que ahora estoy estrenando ropa que no me ponía porque me quedaba corta o me sentía apretado”.
“No me privo de nada”
En febrero pasado, la odontóloga periodoncista Clara Martínez* empezó el programa. Tenía 89 kilos y hoy está en 77. “Me ha gustado porque hace que el apetito disminuya y esa es una de las cosas que a los gorditos más nos cuesta. Somos ansiosos, comelones y uno por ansiedad quiere comer”.
A veces siento ansiedad y quiero comer mucho, comenta, pero no, ya no puedo, es como si me hubiera hecho la bariátrica, porque no cabe la comida, agrega riendo. Otro de los aspectos que destaca es que no se priva de comer nada. Obviamente, añade, he estado haciendo un cambio en la alimentación. “Si deseo comerme algo dulce, entre un postre y una fruta, prefiero la fruta. O si se me antoja un chocolate escojo uno sin azúcar y me como un pedacito”.
*Nombre cambiado por petición de la fuente.
"Llevo una vida saludable”
El ingeniero industrial Federico Ángel, esposo de la Dra. Marcela Ramírez, ha bajado 20 kilos durante dos etapas del tratamiento que ella le ha dirigido. Hoy está en 75 kilos de peso.
Cuenta que gracias al programa ‘Adelgaza con tranquilidad’ ha disminuido sus niveles de estrés y sus ganas de comer. “En mi caso particular me llenaba muy rápido. Si tenía un antojo de hamburguesa me compraba una bien grande y al cuarto mordisco ya no podía. Uno se siente muy lleno rápidamente, no le cabe la comida”.
Hoy, sostiene, lleva un estilo de vida saludable. Trota tres o cuatro veces a la semana, “me hago 10 Kms todos los días, ya no puedo dejar el ejercicio, se convirtió en parte de mi vida, al igual que los buenos hábitos alimenticios”.
Destaca, incluso, que ya no está necesitando droga para controlar la hipertensión.