El cáncer es una enfermedad común en el mundo. Según las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), nada más en 2020 se registraron 10 millones de fallecimientos por este diagnóstico; incluso, llegaron a la conclusión que en países de ingresos bajos y medios tienen un 30 % de muertes relacionadas con este tipo de padecimiento, incluyendo la hepatitis o el papilomavirus humanos.
Por ejemplo, el cáncer de ovario es una enfermedad que afecta a miles de mujeres en todo el mundo y es considerado uno de los cánceres ginecológicos más mortales. Si bien la causa exacta de este tipo de cáncer no siempre es clara, existen diversos factores de riesgo conocidos que pueden incrementar la probabilidad de desarrollar esta enfermedad, como señalan los expertos.
De hecho, expertos señalan que ocho de cada diez casos de cáncer de ovario se diagnostican en etapas avanzadas y el 20 % restante, que se detecta en etapas iniciales, corresponde a hallazgos accidentales en consultas médicas.
“El cáncer de ovario, una vez presente, no produce síntomas durante muchos años. Cuando finalmente la mujer presenta molestias o síntomas, es posible que la enfermedad ha alcanzado otros órganos, con escasas o nulas posibilidades de curación”, explica el Instituto.
A esto se suma que muchas veces las mujeres presentan molestias abdominales inespecíficas, de mayor o menor intensidad, que pueden disimular la existencia de un tumor en el ovario.
Por esa razón, en la mayoría de los casos, el cáncer de ovario se diagnostica en estados avanzados. En esos casos, el principal síntoma es la presencia de una masa abdominal, que se evidencia en un aumento de volumen en la región inferior del abdomen o por pequeñas molestias.
Las pacientes, según el Instituto, muchas veces describen estos síntomas como sensación de inflamación (distensión abdominal) y gases, pero también pueden presentar sintomatología gastrointestinal y urinaria, así como pérdida de peso.
A lo anterior se suman los siguientes signos de alerta, según la plataforma de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades:
- “Sangrado o secreción vaginal (en especial si ya ha pasado la menopausia) que no es normal para usted.
- Dolor o presión en el área pélvica.
- Sensación de hinchazón.
- Sensación de llenura muy rápida o dificultar al comer.
- Cambios en sus hábitos de ir al baño, como necesidad de orinar con mayor frecuencia o urgencia y/o estreñimiento”.
Aunque la mayoría de las veces se detecta en etapas avanzadas, consultar al médico con frecuencia y asistir a chequeos ginecológicos de rutina son fundamentales para identificar a tiempo alguna anomalía. Los médicos también recomiendan conocer el historial médico familiar, pues podría hacer la diferencia a la hora de enfrentar la enfermedad.
También es clave tener en cuenta que existen factores de riesgo que pueden hacer más propensa a una mujer a desarrollar esta enfermedad. Aunque no hay estudios concluyentes, expertos indican que la obesidad, el sedentarismo y llevar una dieta rica en grasas podría aumentar el riesgo de padecer cáncer ovárico.
Por su parte, investigadores de la Universidad de Montreal (Canadá) han realizado un análisis de datos que incluyó a casi 500 mujeres diagnosticadas con cáncer de ovario y cerca de 900 controles. Sus hallazgos indican que trabajar en profesiones como peluquería o estética durante más de diez años triplica el riesgo de desarrollar cáncer de ovario.
El análisis exploratorio se centró en dos dimensiones del entorno laboral para examinar su posible relación con el cáncer de ovario. Además, también se observó un aumento en el riesgo en ocupaciones relacionadas con contabilidad o la industria textil.
Es por ello que resaltan que es fundamental que las mujeres y sus empleadores sean conscientes de estos riesgos para tomar medidas preventivas y garantizar la salud laboral femenina.