Los avances en la lucha contra el Alzhéimer parecen traer esperanza para los pacientes que sufren esta devastadora enfermedad neurodegenerativa. Un nuevo fármaco experimental, el donanemab, ha mostrado resultados prometedores al reducir un 35% los efectos del deterioro cognitivo y funcional en pacientes con síntomas tempranos de la enfermedad. El Dr. Pascual Sánchez Juan, Director Científico de la Fundación Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas (CIEN) de Madrid y experto en demencias, comparte su visión sobre estos avances.
El congreso del Alzhéimer Asociación en Ámsterdam ha presentado datos alentadores sobre terapias que impactan directamente en los niveles de la proteína amiloide, una de las características distintivas del Alzheimer en el cerebro de los pacientes. Esto ha mostrado una reducción significativa del deterioro cognitivo, marcando el inicio de una nueva era en el tratamiento de esta enfermedad.
Sobre el fármaco donanemab, el Dr. Sánchez Juan explica que “entre los pacientes con niveles bajos-medios de tau y con un estadio temprano de la enfermedad, el tratamiento con donanemab ralentizó significativamente el deterioro en un 35%”. Estos resultados abren la puerta a futuras terapias y estrategias para enfrentar el Alzhéimer.
Los síntomas tempranos
El Alzhéimer se caracteriza por presentar síntomas que afectan principalmente la memoria. El Dr. Sánchez Juan señala que “el síntoma más común del Alzheimer y el motivo más frecuente de consulta médica son los problemas de memoria reciente relacionados con el día a día”. Los problemas de memoria episódica a corto plazo, como olvidar cosas recientemente aprendidas o repetir preguntas, son señales de alerta.
Aunque el envejecimiento normal y el Alzhéimer pueden mostrar similitudes en el cerebro, el diagnóstico de la enfermedad se basa en la presencia de proteínas amiloide y tau. El experto recalca la importancia de un diagnóstico preciso para distinguir entre cambios asociados al envejecimiento y aquellos que indican la enfermedad de Alzheimer.
Para reducir los factores de riesgo asociados al Alzheimer, el Dr. Sánchez Juan destaca la importancia de adoptar un estilo de vida saludable. Controlar la presión arterial, mantener una dieta mediterránea, hacer ejercicio físico y dormir bien son algunas de las medidas que pueden contribuir a reducir los riesgos.
¿Tomar café ayuda a prevenir el Alzheimer?
El consumo de café, una de las bebidas más populares en todo el mundo, podría tener un impacto positivo en la prevención del Alzheimer, según un estudio realizado por la Universidad Edith Cowan en Australia. La investigación sugiere que el café, conocido por ser rico en antioxidantes, puede ofrecer protección al cerebro contra el deterioro cognitivo temprano.
El Alzheimer es una enfermedad mental que afecta la memoria y las funciones cognitivas del cerebro, llevando al olvido de recuerdos y habilidades. Sin embargo, el estudio de la Universidad Edith Cowan ofrece una nueva perspectiva esperanzadora. La investigación se llevó a cabo durante una década con 200 participantes en Australia, y los resultados demostraron que el consumo regular de café se asoció con una disminución del riesgo de desarrollar deterioro cognitivo leve, una etapa previa al Alzheimer.
Samantha Gardener, una de las investigadoras principales, destacó los resultados positivos del estudio y expresó que “los participantes sin deterioro de la memoria y con un mayor consumo de café tenían un menor riesgo de transición a un deterioro cognitivo leve, que a menudo precede a la enfermedad de Alzheimer, o de desarrollar esa enfermedad”.
El café se destacó entre otras semillas y alimentos debido a su influencia en la función ejecutiva del cerebro, que abarca procesos como la planificación, el autocontrol y la atención. Además, los investigadores encontraron que el café podría reducir la acumulación de la proteína amiloide en el cerebro, una de las características clave del desarrollo del Alzheimer.
Aunque la cantidad exacta de café necesaria para obtener estos beneficios aún no se ha determinado, el estudio sugiere que el consumo diario puede ser favorable. Sin embargo, es importante destacar que no hubo diferencias significativas entre el café con o sin cafeína en este estudio.
Samantha Gardener enfatiza la necesidad de continuar investigando sobre los beneficios del café para la salud, especialmente para la salud cerebral. “Podría ser particularmente útil para las personas con riesgo de deterioro cognitivo pero que no han desarrollado ningún síntoma. Podríamos desarrollar algunas pautas que la gente pueda seguir en la mediana edad y, con suerte, podría tener un efecto duradero”, señaló la investigadora.