Los altos niveles de glucosa (o azúcar) en la sangre pueden causar enfermedades como la diabetes, en particular la diabetes tipo 2 se presenta cuando la sangre tiene demasiada glucosa que no puede asimilar, por lo que la salud de la persona está en riesgo. Por esta razón, es de vital importancia reconocer los síntomas asociados a esta enfermedad, permitiendo que las personas acudan pronto a un especialista y reciban tratamiento a tiempo si así lo requiere, disminuyendo las complicaciones, puesto que la diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica.
Según un informe de 2017 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), en Estados Unidos se encontró que 30.3 millones de adultos tienen diabetes, siendo una de las enfermedades más comunes en la población. El informe también estimó que otros 84.1 millones de adultos estadounidenses tienen prediabetes. En Latinoamérica las cifras son altas, aunque no se corresponden con EE. UU.
Aunque los niveles de azúcar en la sangre de las personas con prediabetes son más altos de lo normal, algunos médicos no consideran que tengan diabetes, pero de igual forma debe tratarse para evitar desarrollar la enfermedad. De hecho, las personas con prediabetes, de no recibir un tratamiento, pueden desarrollar diabetes tipo 2 en el transcurso de los próximos 5 años.
La diabetes tipo 2 puede aparecer de forma gradual, sus síntomas pueden no ser muy alarmantes en un primer momento, por lo que muchas personas no los toman en serio, pero la recomendación es acudir a un especialista y descartar antes de desarrollar complicaciones graves por omisión.
Síntomas iniciales
Entre los primeros síntomas leves que presenta la diabetes tipo 2, se encuentran los siguientes, para tener en cuenta.
Necesidad de orinar con frecuencia: si se tiene altos niveles de azúcar en la sangre, los riñones intentan bajarlos mediante el filtrado de la sangre. Esto obliga a que la persona orine con más frecuencia, lo que se incrementa en la noche.
Sed constante: puesto que se elimina el exceso de azúcar con más micciones de las normales, esto provoca que el cuerpo pierda agua adicional, causando deshidratación. De modo que la persona sentirá sed de una forma más seguida.
Sensación de hambre repetidas veces: una de las consecuencias de la diabetes es que las personas no reciben suficiente energía de los alimentos que consumen, porque su insulina no funciona correctamente para extraer los nutrientes de la glucosa, que el cuerpo utiliza como combustible. En las personas con diabetes, la glucosa pasa del torrente sanguíneo a las células del cuerpo en una cantidad insuficiente, esto conlleva que las personas sientan hambre constantemente, así hayan comido lo suficiente.
Cansancio inexplicable: como la diabetes tipo 2 afecta los niveles de energía de una persona, provoca una fatigada y cansancio inusitado. Esto es causado porque el cuerpo no está recibiendo la energía necesaria para suplir sus actividades, dado que la glucosa no está siendo asimilada correctamente por el organismo debido a la enfemredad.
Disminuye la visión: el exceso de azúcar en la sangre puede dañar los pequeños vasos sanguíneos en los ojos, causando visión borrosa. Esta afección puede presentarse de forma intermitente en ambos ojos. El riesgo es que si la persona no recibe tratamiento a tiempo, el daño a estos vasos sanguíneos puede ser severo, incluso podría perder la visión por completo.
Cicatrización lenta: el azúcar en exceso que se acumula en la sangre podría dañar los nervios y los vasos sanguíneos del cuerpo, afectando la circulación de la sangre. Y con esto, afectaría los procesos de cicatrización, por lo que si pequeños cortes y heridas se tardan demasiado en sanar, es una señal de alarma. Además, el no cicatrizar a tiempo aumenta el riesgo de contraer infecciones por sepsis.
Entumecimiento de manos y pies: la diabetes tipo 2 incide en la circulación sanguínea y puede causar daños en los nervios del cuerpo, su manifestación más clara son los dolores o sensación de hormigueo o entumecimiento en las manos y los pies. Esta afección se conoce como neuropatía, y puede empeorar con el tiempo y provocar complicaciones más graves, si no recibe tratamiento a tiempo.
Zonas de piel oscura: conocidos como parches de piel oscura, suelen formarse en los pliegues del cuello, las axilas o en las ingles, estos pueden indicar mayor riesgo de diabetes. Al tacto, estos parches pueden sentirse muy suaves y aterciopelados. Esta afección de la piel se conoce como acantosis nigricans.
Picazón repetitiva e infecciones micóticas: debido al exceso de azúcar en la sangre se pueden provocar infecciones más constantes por hongos, entre estas, las infecciones micóticas que se presentan en áreas cálidas y húmedas de la piel como la boca, las áreas genitales y las axilas. En las áreas afectadas siente picazón, ardor, enrojecimiento y dolor.
Si una persona presenta un cuadro sintomático con todo lo anterior, podría indicar que desarrolló diabetes tipo 2, por lo que debe acudir cuando ante a un especialista, confirmar o descartar un diagnóstico e iniciar el tratamiento adecuado.