Tanto la diabetes como el hígado graso son dos condiciones que afectan a millones de personas alrededor del mundo y las lleva a buscar diferentes maneras de regular y mantener en buen estado de salud el organismo.
Por un lado, la diabetes es una condición en la cual el cuerpo tiene dificultades para regular los niveles de glucosa en sangre de manera adecuada, una forma de azúcar que proviene de los alimentos que se consumen y es la principal fuente de energía para las células. La hormona insulina, producida por el páncreas, juega un papel crucial en la regulación de los niveles de glucosa al permitir que las células la absorban.
Por otra parte, el hígado graso o también conocido como esteatosis hepática, es una situación en la que se acumula una cantidad excesiva de grasa en las células del hígado. Esta acumulación puede afectar el funcionamiento normal del hígado y, en algunos casos, llevar a complicaciones más graves.
Para tratar ambas situaciones, aparte del acompañamiento médico profesional, los hábitos de vida saludable y en especial la alimentación juega un papel crucial. Por eso, en la búsqueda de un ‘superalimento’ que ayude a mantener un equilibrio en el organismo para evitar estas y otras condiciones el vinagre de manzana.
Este producto se deriva de la fermentación alcohólica y acética de las manzanas. El proceso comienza triturando las manzanas y extrayendo su jugo. Luego, las levaduras presentes en el ambiente convierten los azúcares del jugo en alcohol en un proceso conocido como fermentación alcohólica. Posteriormente, las bacterias del ácido acético transforman este alcohol en ácido acético a través de otro nuevo proceso de fermentación.
El resultado es el característico sabor ácido del vinagre de manzana con un toque de dulzura residual de las manzanas originales. Para preservar sus beneficios y propiedades naturales, es importante que el vinagre de manzana no sea pasteurizado y contenga “la madre”, una sustancia compuesta de enzimas, proteínas y bacterias beneficiosas que se forma durante el proceso de fermentación.
En cuanto a la gastronomía, el vinagre de manzana suele ser utilizado para aderezar ensaladas, marinar carne y mejorar el sabor de diversos platillos. Sin embargo, en relación a los beneficios medicinales varios son los componentes que hacen de este un producto ideal para el cuidado del organismo.
- Ácido acético: el componente principal responsable del sabor y del característico aroma a vinagre. Tiene propiedades antibacterianas y puede ayudar en la regulación del azúcar en sangre.
- Polifenoles: estos compuestos antioxidantes ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres, lo que puede tener beneficios para la salud cardiovascular y el envejecimiento.
- Enzimas: el vinagre de manzana contiene enzimas como la pectina y la amilasa, que pueden tener efectos positivos en la digestión y el metabolismo.
- Potasio: es un mineral esencial que puede ayudar a mantener el equilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo.
- Vitaminas: tiene pequeñas cantidades de vitaminas como la vitamina C y algunas del grupo B.
Para el caso puntual de la diabetes el vinagre de manzana se usa en pequeñas cantidades y en una mezcla con agua para beber antes de las comidas. Se cree que esto puede ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina y controlar los niveles de azúcar en sangre después de comer.
De igual manera, algunas investigaciones sugieren que consumir vinagre de manzana antes de acostarse puede tener un efecto beneficioso en los niveles de azúcar en la sangre durante la noche.
Para el hígado graso algunos estudios sugieren que el consumo regular de vinagre de manzana podría ayudar a mejorar los niveles de lípidos en la sangre y la función hepática en personas con hígado graso no alcohólico, es decir, aquel que está asociado a causas como la obesidad, la resistencia a la insulina, la diabetes tipo 2, la hipertensión y el síndrome metabólico.
Al igual que en el caso de diabetes, el vinagre de manzana puede consumirse tanto en diferentes preparaciones como en bebida combinado con agua. Si se desea probar el vinagre de manzana para el tratamiento de cualquiera de estas dos afecciones, es recomendable empezar con pequeñas cantidades, como una cucharada diluida en agua antes de las comidas, y aumentar gradualmente si se tolera de buena manera.