La Dermatitis Atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria, crónica y sistémica, que afecta tanto a niños como a adultos. Se caracteriza por la presencia de lesiones cutáneas visibles, enrojecimiento y picazón intensa. Cada año, cerca del 10% de los adultos y el 20% de los niños en el mundo son diagnosticados con esta patología.

La Dermatitis Atópica produce una respuesta exagerada del sistema inmunológico. Esta reacción causa una inflamación excesiva debajo de la piel, lo que genera brotes frecuentes y picazón. La necesidad de rascarse que sufren los pacientes, ocasionada por la enfermedad, puede dañar la superficie de la piel, ocasionando mayor inflamación.

De acuerdo con Claudia Arenas, médica dermatóloga y presidenta de la Asociación Colombiana de Dermatología y Cirugía Dermatológica: “dependiendo de la severidad y control de la enfermedad, el especialista puede recomendar distintas opciones de tratamiento, que pueden incluir el uso de tratamientos tópicos, como cremas hidratantes, tratamientos orales y/o inyectados que pueden aliviar los síntomas”.

Carga de la enfermedad y su impacto en la calidad de vida

El 50% de casos de esta enfermedad inician en el primer año de vida y el 85% se dan en los primeros cinco años.

La Dermatitis Atópica provoca un impacto negativo en la calidad de vida de los pacientes, pues además de sufrir los síntomas de la enfermedad, algunos experimentan otro tipo de repercusiones, como depresión y ansiedad. En el caso de los adultos, también se presenta un mayor ausentismo laboral, jubilación anticipada y discriminación en el puesto de trabajo.

Otro factor que impacta la vida de los pacientes con Dermatitis Atópica son los trastornos del sueño, provocados por el incremento en la severidad de las lesiones, lo cual genera despertares frecuentes al poco tiempo de dormirse, sueño poco eficiente, somnolencia diurna y sueño inquieto.

“A menudo, la Dermatitis Atópica requiere atención diaria para mantener controlado el picor y las lesiones de la piel. Los brotes asociados a la DA producen un desempeño personal más bajo en ámbitos escolares, laborales y sociales. Además, se presenta una afectación emocional significativa, debido a la gravedad de los síntomas”, asegura la dermatóloga Arenas.

El 35% de las personas con asma grave también desarrollan Dermatitis Atópica y el 17% de las personas con rinosinusitis crónica con pólipos nasales tienen Dermatitis Atópica.

En el caso de los pacientes más jóvenes, el panorama no es alentador. El 68% de los niños entre 2 a 13 años y un 83% de los adolescentes entre 14 a 17 años evitan las actividades cotidianas como consecuencia de la enfermedad.

Adicionalmente, el 30% de los niños y el 46% de los adolescentes experimentaron una interrupción de su vida escolar. Las personas con dermatitis atópica también son más propensas a considerar el suicidio y a tener problemas de salud mental, asociados con baja autoestima y acoso escolar.

La prevalencia de esta enfermedad en niños en Colombia es una de las más altas a nivel mundial, afectando a cerca del 24% de este grupo etario, y lograr su diagnóstico y control oportuno es crucial, ya que el 86% de los niños con la patología evita actividades diarias; el 51% se siente deprimido y un 20% falta a clases por la inseguridad sobre su apariencia física.

¿Qué es la marcha atópica?

La marcha atópica es un concepto que describe la progresión de la enfermedad inflamatoria tipo 2 en pacientes pediátricos y, según evidencia científica, esta patología inicia con la aparición de la dermatitis atópica, para luego dar paso a otras enfermedades como la rinitis y el asma. | Foto: El País

Este término se utiliza para describir la progresión de la enfermedad alérgica desde la sensibilización hasta la aparición de síntomas clínicos, que podría evolucionar hacia otras manifestaciones alérgicas, como alergias alimentarias, rinitis e incluso asma y es considerada como un factor fundamental para el diagnóstico y manejo adecuado de las enfermedades alérgicas relacionadas.

Las personas con alguna enfermedad inflamatoria tipo 2 tienen un mayor riesgo de desarrollar otras patologías del mismo tipo, además de sufrir síntomas impredecibles, persistentes o incontrolables que disminuyen su calidad de vida, es así como las cifras muestran que el 35% de las personas con asma grave también desarrollan Dermatitis Atópica y el 17% de las personas con rinosinusitis crónica con pólipos nasales tienen DA.