La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa en sangre son muy altos, que con el tiempo conduce a daños graves en el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Por ello, es importante controlar los niveles de azúcar en sangre, y la principal recomendación es controlarlos por medio de la alimentación, y por eso, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar, Tua Saúde, reveló que la fruta con menos azúcar que debería comer una persona con diabetes es la fresa.

Las fresas contienen antioxidantes y son ricas en potasio y agua. | Foto: Eva Katalin Kondoros

“Las fresas tienen buenas cantidades de fibras solubles y polifenoles que influyen en la digestión de los carbohidratos, ya que parecen ralentizar la absorción de la glucosa en el organismo, ayudando a controlar el azúcar en sangre cuando se ingiere junto a otros alimentos ricos en carbohidratos, siendo útil en personas que tienen prediabetes o diabetes”, explicó Tua Saúde.

Entre tanto, otras recomendaciones alimenticias para los diabéticos son elegir carbohidratos saludables, alimentos ricos en fibra, pescado y grasas “buenas”.

Es más, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, puntualizó que la Asociación Americana de la Diabetes propone un método sencillo para planificar las comidas, y este se centra en comer más verduras.

Así las cosas, se pueden seguir lo siguientes pasos para preparar el plato:

  • Llenar la mitad del plato con verduras sin almidón, como espinacas, zanahorias y tomates.
  • Llenar un cuarto del plato con una proteína magra, como atún, carne de cerdo baja en grasas o pollo.
  • Llenar el último cuarto con carbohidratos, como arroz integral, o una verdura con almidón, como guisantes verdes.
  • Incluir pequeñas cantidades de grasas “buenas”, como nueces o aguacates.
  • Agregar una porción de fruta o lácteos y un vaso de agua, o té o café sin azúcar.
Una buena alimentación es clave para prevenir enfermedades. | Foto: Getty Images

Ahora bien, es clave entender que la alimentación debe estar acompañada de otras recomendaciones, como, por ejemplo:

1. Hacer ejercicio: Lo ideal es hacer ejercicio la mayoría de los días y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda realizar al menos entre 150 y 300 minutos de actividad aeróbica moderada a la semana (o el equivalente en actividad vigorosa) para todos los adultos, y una media de 60 minutos de actividad física aeróbica moderada al día para los niños y los adolescentes.

De hecho, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, señaló que hay diferentes tipos de ejercicio entre los que se destacan:

  • Actividades aeróbicas: caminar a paso ligero, trotar, nadar y andar en bicicleta.
La actividad física debe acompañarse de una alimentación saludable. | Foto: Getty Images
  • Actividad de fuerza: algunos ejemplos son el levantamiento de pesas y el uso de banda elásticas
  • Ejercicios de equilibrio: tai chi o ejercicios como estar de pie en una pierna.
  • Ejercicios de flexibilidad: el yoga y estiramientos.

2. No fumar, porque fumar puede contribuir a la resistencia a la insulina, lo que puede llevar a tener diabetes tipo 2.

3. Controlar los niveles de azúcar: el Grupo Sanitas de España señaló que la voz de alarma debe saltar cuando los niveles de glucosa en sangre estando en ayunas se sitúan entre 100 y 125 mg/dl y después de comer entre los 140 y los 199 mg/dl.

4. Beber agua: Se cree que todos los adultos necesitan beber unos dos litros de agua al día. Sin embargo esta cantidad es una estimación, y para saber la cantidad de agua que se puede usar la siguiente calculadora:

  • Jóvenes hasta 17 años: 40 ml por kilo
  • 18 a 55 años: 35 ml por kilo
  • 55 a 65 años: 30 ml por kilo
  • Mayores de 66 años: 25 ml por kilo

De todos modos, la información antes dada no sustituye la asesoría médica y es de vital importancia consultar a un experto de la salud para que sea este quien explique el tema mencionado.