El Alzheimer es una de las enfermedades más comunes en los adultos mayores, y se estima que más de 55 millones de personas viven con este diagnostico.
Cabe destacar que el Alzheimer es la forma más común de demencia y puede contribuir al 60-70% de los casos. Contrariamente a la creencia popular, la demencia no es una parte normal del envejecimiento y no afecta exclusivamente a las personas mayores.
Otro de los factores que aumentó los casos de demencia en las personas fue la pandemia del Covid-19, esta pandemia incrementó los casos y además, agravó los que ya estaban diagnosticados, afectando así, a sus familias y cuidadores.
A pesar de esto, a menudo hay una falta de conocimiento y comprensión de la demencia, lo que genera estigmatización y barreras para el diagnóstico y tratamiento tempranos.
Datos claves
La demencia es un síndrome que provoca el deterioro de la memoria, el pensamiento, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades cotidianas. Las personas que tienen esta enfermedad, pueden perderse en lugares públicos, experimentar cambios bruscos de humor, olvidar palabras sencillas y sufrir un deterioro de la memoria a corto plazo.
Estudios aseguran que cada 20 años, se duplicarán el número de personas con esta enfermedad, donde América Latina y el Caribe serán los más afectados, con un incremento de 3,4 millones de personas con demencias en 2010, a 7,6 millones en 2030.
Cabe destacar que no todas las personas con demencia experimentan los mismos síntomas, estos cambian dependiendo del impacto de la enfermedad y de la personalidad del individuo antes de vivir con la demencia.
Las investigaciones han demostrado que mantener un estilo de vida físicamente activo, llevar una dieta saludable, participar en actividades sociales y evitar comportamientos que comprometan la salud, como fumar y consumir alcohol en exceso, puede reducir el riesgo de demencia.
Los primeros signos y síntomas del Alzheimer
La demencia ocurre cuando el Alzheimer ha progresado significativamente. Los primeros signos de esta enfermedad suelen ser sutiles y a menudo pasan desapercibidos o se atribuyen al envejecimiento normal. Algunos de los primeros síntomas comunes incluyen:
- Olvidos frecuentes: Las personas con Alzheimer pueden tener dificultades para recordar eventos recientes, nombres de personas cercanas o tareas cotidianas.
- Desorientación espacial y temporal: Pueden perderse en lugares familiares o tener dificultades para comprender la hora y la fecha.
- Problemas con el lenguaje: La comunicación se vuelve más difícil, con dificultades para encontrar palabras adecuadas o comprender conversaciones complejas.
- Cambios en el comportamiento: Pueden aparecer cambios de personalidad, irritabilidad, apatía o depresión.
- Dificultades en la toma de decisiones: Tomar decisiones simples o seguir instrucciones se vuelve complicado.
- Deterioro en la capacidad de planificación: Realizar tareas diarias, como preparar una comida, se convierte en un desafío.
- Pérdida de objetos y confusión con el tiempo: Extraviar objetos y tener dificultades para reconocer el tiempo transcurrido son síntomas comunes.
Es importante destacar que la forma en que estos síntomas se manifiestan varía de una persona a otra, y la progresión de la enfermedad también es individual. Algunos pueden experimentar una declinación más rápida que otros.
El Alzheimer se clasifica generalmente en tres etapas: leve, moderada y grave. La forma en que una persona actúa y se comporta puede cambiar significativamente a medida que avanza por estas etapas.
Etapa leve:
- Los olvidos frecuentes son notables, pero las personas con Alzheimer leve a menudo pueden llevar a cabo actividades diarias con cierta independencia.
- Pueden tener dificultades con la planificación y la organización, como pagar cuentas o mantener horarios.
- Los cambios de personalidad pueden incluir irritabilidad o desconfianza en ocasiones.
Etapa moderada:
- La comunicación se deteriora, y pueden perder la capacidad de reconocer a familiares y amigos cercanos.
- La agitación y la ansiedad pueden ser más comunes en esta etapa.
Etapa grave:
- La pérdida de la independencia es notable. La persona depende en gran medida de la asistencia para actividades básicas.
- La comunicación verbal se vuelve limitada o inexistente, y la movilidad se deteriora.
- La agresión y la agitación pueden ser más pronunciadas en algunas personas.