Cuando una persona no ingiere ningún alimento durante un determinado período cada día, o día de por medio, se le denomina ayuno intermitente. Esto resulta siendo una herramienta poderosa para la pérdida de peso.
Al día de hoy ya existen varios testimonios de quienes se han decidido por el ayuno intermitente y han logrado perder los kilos que tenían de más. Sin embargo, esta práctica impacta notoriamente al organismo, razón por la cual se recomienda realizarla bajo estricto seguimiento médico y/o con la opinión de un profesional de salud, pues, es necesario evaluar las condiciones de cada paciente.
La Mayo Clinic explicó que el ayuno intermitente se refiere a no comer durante un periodo cada día o semana y, aunque existe evidencia de que resulta beneficiosa para algunas personas, puede traer efectos secundarios para la salud.
Investigaciones sugieren que el ayuno intermitente puede resultar más eficaz que otras dietas para mejorar afecciones asociadas a la inflamación, Alzheimer, artritis, asma, esclerosis múltiple y accidente cardiovascular.
Varios especialistas han advertido que realizar ayuno intermitente sin la supervisión de un profesional puede traer efectos negativos como poner al cuerpo en una situación de déficit de calorías, por lo que no es una buena opción a largo plazo.
Los especialistas agregaron que este tipo de dieta puede generar sensación de hambre, irritabilidad, náuseas, dificultad para concentrase y ansiedad.
Buenas opciones para un ayuno intermitente
Algunas opciones para el popular ayuno intermitente son las siguientes, según se explicó en el portal de Mayo Clinic, una organización sin ánimo de lucro que se dedica a la práctica clínica, la educación y la investigación.
- Ayuno de días alternos. Siga una dieta normal un día, luego, ayune completamente o prepare una comida (menos 500 calorías) al día siguiente.
- Ayuno 5:2. Consiste en que se hace una dieta normal cinco días cada semana y se ayuna los dos días restantes.
- Ayuno diario con tiempo restringido. Aconsejan comer con normalidad en un lapso de 7 horas cada día. Por ejemplo, la última comida sería a las 5:00 p. m. y la primera a las 10:00 a. m. del día siguiente. Se ayunarían 17 horas y se destinarían 7 horas para ingerir alimentos. Repita al menos tres veces por semana.
Sobre este tema, Fred Lammie, animador y director creativo en Barcelona, compartió un video animado en el que se explicó que los órganos comienzan a identificar la ausencia de alimentos por determinado tiempo, por lo que reaccionan al utilizar lo almacenado en el cuerpo y finalmente quema la grasa.
En este video, publicado en YouTube, también, se hizo énfasis en que “si el ayuno intermitente se hace mal puede producir irritabilidad,ansiedad, problemas de sueño, falta de concentración, cefaleas y déficit nutricional”.
Considerando que el ayuno intermitente se utiliza frecuentemente para bajar de peso, es importante mencionar que se convierte en una estrategia para bajar de peso, pues, el consumo de calorías se reduce.
“En los estudios, los participantes mostraron algunos cambios de peso corporal al comer en un horario restringido”, explicó Charlotte Pratt, doctora y dietista del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de Estados Unidos.
Por su parte, la investigadora de nutrición de la universidad de Colorado, Vicki Catenacci, puntualizó que “para algunas personas, restringir las calorías todos los días puede ser el mejor enfoque, pero para otros, podría ser más fácil no tener que contar calorías todos los días y usar una estrategia de ayuno intermitente para perder peso [...] La mejor dieta para cualquier persona es aquella a la que pueden adherirse. No creo que la pérdida de peso sea un enfoque que funcione para todos”.
Dicho lo anterior es de anotar que resulta importante realizar ayuno intermitente bajo estricto seguimiento médico. Al momento de culminar las horas en las que no se ingiere ningún alimento, el ayuno se debe ‘romper’ con una fruta o proteína.
Sin embargo, el ayuno intermitente no se recomienda para personas que se encuentran en las siguientes situaciones:
- Sufren un trastorno alimentario.
- Está embarazada o amamantando.
- Toman medicamentos para la diabetes.
- Tienen antecedentes de glucosa sanguínea baja (hipoglucemia).
- Tienen una enfermedad hepática en etapa terminal.
Esta práctica podría desencadenar efectos secundarios que normalmente desaparecen en un mes. Entre los efectos secundarios se encuentra que la persona podría sentir hambre más de lo normal, fatiga, dolores de cabeza o incluso, tener insomnio o náuseas.