El sistema inmunológico es el encargado de generar las defensas en el organismo para ayudarlo a enfrentar los posibles agentes invasores como bacterias, virus, hongos o toxinas. Asimismo, protege contra enfermedades y ayuda a que estas se controlen o curen.
Así las cosas, las defensas bajas son las que indican que el sistema inmunológico no logra responder contra infecciones de forma eficaz. Esto puede suceder debido a deficiencias nutricionales, uso de algunos medicamentos o por la presencia de enfermedades que afectan la inmunidad, como el sida, lupus o cáncer.
El doctor Daniel López Rosetti, médico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires , explicó que el sistema inmunológico se puede comparar con la mente y el cerebro, particularmente con el sistema nervioso. “El sistema inmunológico tiene la capacidad de aprender; por ejemplo, cuando te infectas, el cuerpo genera anticuerpos para combatir la infección y, al vacunarte, se crea una memoria inmunológica similar a la memoria cerebral”, dijo.
Agregó que es “la barrera de defensa del organismo, por ejemplo, la piel es una primera línea de defensa: si se encuentra sana, evita infecciones. También, la mucosidad en la nariz es crucial, especialmente en los niños pequeños, en quienes los mocos sirven para defenderse de los gérmenes.
¿Por qué se bajan las defensas?
Estos son los cuatro motivos por los cuales se bajan las defensas del organismo, según los especialistas:
Estrés: El estrés crónico aumenta la hormona del cortisol, y si se mantiene elevada, pues se disminuye la capacidad de inmunidad del organismo, porque disminuyen también las células inmunológicas, como los linfocitos.
Algunos se llaman linfocitos T, que son los encargados de eliminar los virus y las bacterias de una forma rápida y simple. Y los linfocitos B, que son los que generan anticuerpos.
Sueño: Tener un sueño profundo y reparador es fundamental para que el organismo no tenga bajas las defensas. Mientras se está durmiendo el cuerpo fabrica algo que se llama citoquinas proinflamatorias, que sirven para tener altas las defensas inmunológicas.
Si una persona duerme mal, si tiene insomnio o descansa menos horas de las recomendadas, tendrá menos de esas citoquinas. Por lo tanto, su inmunidad disminuye.
Sedentarismo: La actividad física regular y sostenida en el tiempo aumenta la inmunidad, porque genera endorfinas. Y ese bienestar genera también por una vía indirecta, que aumenten la cantidad de linfocitos, que son justamente las células de defensa.
Hacer ejercicio de manera regular no solo ayuda a combatir el sobrepeso, sino que propende por tener una vida saludable, que se traduce en buenas defensas.
Alimentación balanceada: Para tener las defensas altas es importante tener un régimen de alimentación variado, que incluya carnes, lácteos, hidratos de carbono, grasas buenas, muchas frutas y verduras, reduciendo la cantidad de alimentos procesados.
Lo anterior para incorporar vitaminas que el sistema inmunológico requiere como la A, la D, la E, la vitamina C, una sustancia muy importante que puede encontrar en los cítricos.