Cuando las personas buscan bajar de peso es normal que deseen hacerlo rápidamente. Sin embargo, la evidencia demuestra que las personas que bajan de peso en forma gradual y constante logran mejores resultados en no volver a recuperarlo, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).
De hecho, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, señaló que hay cientos de dietas de moda, programas para adelgazar y, directamente, fraudes que prometen una pérdida de peso rápida y fácil, pero la base para lograr adelgazar sigue siendo una dieta saludable de bajas calorías, combinada con un aumento en la actividad física.
Por ello, la entidad sin ánimo de lucro reveló en su portal web las seis estrategias para perder peso y no fallar en el intento:
1. Hay que asegurarse de estar listo y para saberlo hay que realizarse las siguientes preguntas:
- ¿Estoy motivado para bajar de peso?
- ¿Estoy demasiado distraído por otras presiones?
- ¿Utilizo la comida como medio para hacer frente al estrés?
- ¿Estoy listo para aprender o utilizar otras estrategias para hacer frente al estrés?
- ¿Necesito otro tipo de apoyo, ya sea de amigos o profesionales, para manejar el estrés?
- ¿Estoy dispuesto a cambiar mis hábitos de alimentación?
- ¿Estoy dispuesto a cambiar mis hábitos de actividad?
- ¿Tengo el tiempo necesario para hacer estos cambios?
2. Encontrar una motivación interior, como, por ejemplo, las próximas vacaciones en la playa, el jean que se guardó hace tiempo, o por temas salud. Además, hay que automotivarse con notas de ánimo en la puerta de la despensa o en el refrigerador. Asimismo, es importante buscar una persona que de apoyo, no sabotee, no juzgue y esté siempre dispuesto a volver a motivar.
3. Fijar metas realistas, pues a largo plazo, es inteligente aspirar a perder de 1 a 2 libras (de 0,5 a 1 kilogramo) por semana. Por lo general, para perder esa cantidad por semana, es necesario quemar de 500 a 1.000 calorías más de las que se consumen por día, con una dieta baja en calorías y actividad física regular.
4. Consumir alimentos más saludables, como, por ejemplo:
- Comer al menos cuatro porciones de vegetales y tres porciones de frutas diariamente.
- Reemplazar los granos refinados por cereales integrales.
- Comer cantidades moderadas de grasas saludables, como el aceite de oliva, aceites vegetales, aguacates, nueces, mantequillas de nueces y aceites de frutos secos.
- Reducir el consumo de azúcar tanto como sea posible, excepto el azúcar natural de la fruta.
- Elegir productos lácteos bajos en grasa, carne magra y carne de ave de corral magra en cantidades limitadas.
5. Estar más activo y una forma de iniciar es subir y bajar las escaleras varias veces en lugar de usar el elevador, o estacionar en un lugar del estacionamiento que esté alejado cuando se vaya de compras.
De igual forma, la entidad sin ánimo de lucro sugirió caminar a paso rápido durante al menos 30 minutos la mayoría de los días de la semana.
6. Cambiar el punto de vista, pues no basta con comer alimentos saludables y hacer ejercicio durante unas pocas semanas o incluso meses si se desea un control de peso exitoso a largo plazo. Por eso, estos hábitos deben convertirse en un estilo de vida y los cambios en el estilo de vida comienzan cuando se miran con sinceridad los patrones de comida y la rutina diaria.
De todos modos, la información antes dada no sustituye la asesoría médica y es de vital importancia consultar a un experto de la salud para que sea este quien explique el tema mencionado.