Además de las múltiples propiedades que tiene el aceite de oliva para la salud, algunas investigaciones recientes también han demostrado que puede ser muy bueno para evitar o disminuir la pérdida de memoria.
Este es un producto esencial en la dieta española, es considerado incluso oro líquido a la hora de cocinar pues se utiliza tanto en desayunos como ensaladas, almuerzos y hasta en pasabocas o emparedados.
Sin embargo, cabe destacar que cuanto mayor sea la calidad del aceite de oliva, mayores serán sus beneficios, ya que su concentración de polifenoles y antioxidantes naturales serán mayores.
Pero, recientemente un estudio ha demostrado que también tiene un efecto saludable para la memoria.
Según 20minutos.es, los investigadores han señalado que “el aceite de oliva puede ejercer efectos antiinflamatorios y neuroprotectores debido a su alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados y otros compuestos con propiedades antioxidantes como la vitamina E y los polifenoles”.
Asimismo, descubrieron que las personas que tomaban media cucharada, reducían en un 28% las posibilidades de morir por causas relacionadas con la demencia, comprados con aquellos que rara vez o nunca lo consumían. Incluso, aseguraron, su ingesta es positiva aunque no se realice regularmente.
Hace algún tiempo investigadores de la Facultad de Medicina Lewis Katz de la Universidad de Temple, en Filadelfia (EE.UU.) también habían destacado estos efectos del aceite de oliva en la memoria.
La demencia y sus síntomas
La demencia es un término que se utiliza para referirse a una alteración de la capacidad para recordar, pensar o tomar decisiones.
Esto por lo regular se presenta a una edad avanzada, sin embargo no significa que forme parte del envejecimiento normal.
Lo anterior porque muchos adultos viven su vida completa sin desarrollar demencia, aunque presenten cambios en la memoria como olvidar dónde se han dejado las llaves, el nombre de un conocido, tener dificultad para recordar una palabra en un momento determinado u olvidar hechos recientes.
Los síntomas más frecuentes son, entre otros pérdida de la memoria, dificultades para comunicarse o encontrar las palabras correctas, problemas para razonar o resolver problemas, dificultad para planificar y organizarse y con las habilidades visuales y espaciales, al igual que para realizar tareas complejas, mala coordinación y control de los movimientos, confusión y desorientación.
A esto se suman algunos cambios psicológicos, como cambios en la personalidad, depresión, ansiedad, agitación, comportamiento inapropiado, desconfianza o paranoia, y alucinaciones.
En caso de presentar estos síntomas debe consultar a un médico lo más pronto posible.