Llevar un estilo de vida saludable es de gran importancia para tener una buena salud en general, por lo que los expertos recomiendan alimentarse de manera sana, realizar actividad física regular y evitar los excesos como el alcohol y el tabaco.
En la antigüedad se tenía la creencia de que las personas eran más longevas por el estilo de vida que llevaban y su alimentación. Sin embargo, con el pasar del tiempo todo ha cambiado y ahora la población tiene una esperanza de vida igual a los 60 años de edad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Desde un punto de vista biológico, el envejecimiento es el resultado de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, a un mayor riesgo de enfermedad y, en última instancia, a la muerte”, explica la misma entidad especializada en su portal web.
Aunque el envejecimiento es un proceso natural del ser humano, es importante que esta etapa de la vida llegue de manera saludable para ampliar la esperanza de vida de las personas. Según la OMS, la evidencia afirma que la proporción de la vida que se disfruta en buena salud es constante, pero los años adicionales están marcados por mala salud.
Muchas complicaciones de salud se pueden dar por los malos hábitos de vida, pero otros también pueden aparecer por genética y con los años se puede generar un deterioro considerable a edades más tempranas de lo normal, lo que ya se considera un problema porque afecta la salud de manera prematura que puede causar en muchas ocasiones la muerte.
En ese sentido, los expertos recomiendan llevar un estilo de vida saludable desde una temprana edad, con el fin de evitar los problemas de salud de manera prematura, ya que el envejecimiento debería presentarse después de los 60 años.
Una de las claves para llevar un estilo de vida saludable es una alimentación adecuada junto a otros factores, porque esto puede ayudar a reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas y mentales que pueden afectar a las personas en su etapa de envejecimiento.
Uno de los alimentos considerados esenciales para la dieta diaria son las fresas, una fruta que tiene efectos positivos en el cerebro y que puede reducir el riesgo de demencia, ya que se cree que evita el deterioro cognitivo en personas adultas.
Según un estudio de 12 semanas citado por el diario El Confidencial, las personas de mediana edad con sobrepeso y resistentes a la insulina que consumían una taza de fresas diarias tenían mejor memoria y menos síntomas depresivos en comparación con otro grupo que no lo hacía.
Asimismo, el estudio determinó que el consumo de fresas podría mejorar el rendimiento cognitivo y salud metabólica en dicha población, es decir, se descubrió una mejora cognitiva en dicho grupo que consumía regularmente fresas.
En el estudio participaron mujeres entre los 50 y 65 años con deterioro cognitivo y con obesidad, a quienes se les dio un suplemento en polvo de 13 gramos de fresas reales para comer todos los días y se obtuvo como resultado una mejora considerable en la función de la memoria a largo plazo, estado de ánimo y en la recuperación de las palabras.
A las personas que se les dio el suplemento de fresas reales se les vio una mejora en la capacidad de realizar actividades cotidianas, un mejoramiento en las relaciones sociales y un mejor control de respuesta ante situaciones específicas.
De esta manera, los especialistas determinaron que los efectos que presentaron las personas estudiadas por el consumo regular de fresas son positivas para la salud y están relacionados con el consumo regular de dicha fruta. Es importante señalar que los participantes se evaluaron mediante pruebas cognitivas antes y después del estudio.