Parte de la cultura colombiana es consumir café en el desayuno, en la media tarde, y algunas veces, en la noche, en especial, si el clima frío lo amerita. Sin embargo, abusar de su consumo puede traer riesgos en su salud, especialmente si sufre diabetes.
Un adulto promedio en Colombia toma aproximadamente dos tazas de 8 onzas (240 mililitros) de café por día, las cuales pueden contener alrededor de 280 miligramos de cafeína. Para la mayoría de los adultos jóvenes y sanos, la cafeína no parece afectar de forma obvia los niveles del azúcar en la sangre (glucosa), e ingerir hasta 400 miligramos por día parece ser seguro.
Así lo confirma la Clínica Mayo al dar a conocer que algunos estudios sugieren que tomar café, descafeinado o no, puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en personas sanas.
Pero si ya tiene diabetes, Regina Castro, endocrinóloga de la Clínica Mayo, explica que: “El impacto de la cafeína sobre la acción de la insulina se puede asociar a niveles de azúcar en la sangre más altos o más bajos. Para algunas personas con diabetes, aproximadamente 200 miligramos de cafeína — o sea el equivalente de una a dos tazas de 8 onzas (240 mililitros) de café simple, filtrado — puede causar este efecto”.
Cabe resaltar que, según la experta, la cafeína afecta de manera diferente a cada persona. “Si padece de diabetes o está luchando para controlar los niveles de azúcar en la sangre, limitar la cantidad de café en la dieta puede ser beneficioso”, puntualiza Castro.
¿Por qué sucede ese efecto y como contrarrestarlo?
En esencia, el café contiene cafeína y esta cafeína se encuentra no solo en el café, sino también en varias bebidas (refrescos de cola), algunos alimentos (chocolate) e incluso en algunos medicamentos para la migraña.
Expertos sostienen que la cafeína es una de las drogas más utilizadas en todo el mundo y, además, es altamente adictiva. De hecho, algunas personas experimentan dolores de cabeza u otros síntomas cuando suspenden su consumo, pero este efecto solo dura hasta que se supere por completo la adicción, la cual es menos fuerte que drogas como la nicotina.
En ese sentido, es válido destacar que, como lo manifestó previamente la endocrinóloga Castro, la cafeína reduce la sensibilidad del cuerpo a la insulina, causando que los suban los niveles de glucosa sanguínea.
“Este efecto viene porque la cafeína aumenta los efectos de dos hormonas (adrenalina y glucagon). Estas hormonas propician la salida de glucosa almacenada en el hígado… Y esta glucosa adicional resulta en niveles elevados de azúcar en la sangre”, argumentan desde el portal especializado Accu-Chek.
Por ello, las personas que tienen diebetes tipo 2, la cafeína en el café o los refrescos cafeinados puede provocar problemas de control de la glucosa cuando se toma junto con o después de los alimentos. Tomada así, la cafeína causa que suba el nivel de la glucosa en la sangre.
Sin embargo, cuando se consume la bebida en ayunas, casi no produce ese efecto negativo, es decir, tomar café es menos problemático para el control de la glucosa cuando se toma en ayunas.
¿Qué efectos tiene el consumo de café en los riñones?
Algunos expertos en el tema dicen que el consumo de té y café con cafeína de manera excesiva empeora la función del riñón en las personas mayores con síndrome metabólico. Así lo aseguró Andrés Díaz López , de la Unidad de Nutrición Humana de la Universidad Rovira i Virgili URV e investigador del CibeCiberobn robn. Esto, según el resultado de un estudio que se publica en Scientific Reports.
Cabe mencionar que la enfermedad renal es un importante problema de salud que afecta a un 10% de la población adulta. Sobre las personas mayores de los 60 y 65 años, la frecuencia es mayor y puede llegar a afectar al 20%.
Díaz explicó que se ha observado que “un mayor consumo de café, que equivale a dos tazas o más al día, se asocia con peor función renal a lo largo de un año”. “Una baja tasa de filtrado glomerular quiere decir que el riñón está peor y una alta tasa que está mejor”, añadió.