La higiene personal es un aspecto fundamental de la salud y el bienestar humano. Desde tiempos inmemoriales, el acto de bañarse ha sido una práctica común en todas las culturas, no solo para mantener la limpieza, sino también para prevenir enfermedades y promover una sensación de frescura y bienestar. Sin embargo, ¿Qué sucede si se reduce la frecuencia de nuestros baños? ¿Cómo afecta esto el cuerpo?
¿Cuántas veces bañarse a la semana?: expertos responden
Una perspectiva científica
La Academia Española de Dermatología y Verenología insiste en que bañarse una vez al día es suficiente, ya que cada ducha puede significar una pérdida del 25% de la hidratación natural de la piel. Sin embargo, desde la perspectiva de la dermatología moderna, representada por la doctora Stephanie S. Gardner, se advierte que no hay una respuesta única a esta pregunta. Gardner señala que varios factores pueden influir en la frecuencia adecuada de los baños.
El enfoque de la Organización Mundial de la Salud
- Según la OMS, es recomendable bañarse cada tercer día, contando con una buena higiene en las partes intimas. Sin embargo, más que la frecuencia, se menciona que lo crítico es el tiempo que se pasa bajo el chorro de agua.
Recomiendan duchas breves de no más de 5 minutos, no solo por consideraciones medioambientales y de ahorro, sino también para preservar las bacterias y microorganismos que son esenciales para la protección de la piel. Además, resaltan la importancia de la temperatura del agua, ya que una ducha demasiado caliente puede resecar la piel y propiciar la aparición de afecciones como eccemas y grietas, aumentando el riesgo de infecciones y alergias cutáneas.
Recomendaciones de expertos
El doctor Robert H. Shmerling, de la Universidad de Harvard, sugiere que no existe un estándar fijo para la frecuencia de los baños, pero para la mayoría de las personas, varias veces por semana suele ser suficiente. Su estudio también destaca la importancia de limitar el tiempo en la ducha, preferiblemente a menos de cinco minutos, enfocándose en áreas clave como la ingle y las axilas. Aclara que si una persona está sucia y sudorosa, debe priorizar la higiene sin importar la frecuencia de las duchas.
El informe también revela las motivaciones detrás del baño diario, que van desde preocupaciones por el olor corporal hasta el deseo de refrescarse por la mañana o limpiarse después del ejercicio.
Efectos en la piel de bañarse menos frecuentemente
Según lo mencionado por los expertos en dermatología y salud pública, si una persona optara por bañarse solo tres veces a la semana, en lugar de seguir la recomendación general de una ducha diaria, podría experimentar algunos efectos en su cuerpo:
- Mayor preservación de la hidratación natural de la piel: Al reducir la frecuencia de los baños, se minimizaría la pérdida de la hidratación natural de la piel que ocurre con cada ducha. Esto podría contribuir a mantener la piel más hidratada y menos propensa a la sequedad y la irritación.
- Menor riesgo de alteraciones cutáneas: La reducción en la frecuencia de los baños podría ayudar a evitar el riesgo de afecciones cutáneas como eccemas y grietas, que pueden ser exacerbadas por el exceso de exposición al agua y el uso de productos de limpieza agresivos.
- Preservación del equilibrio de la microbiota cutánea: Bañarse con menos frecuencia podría permitir que la microbiota natural de la piel, que desempeña un papel crucial en la protección contra infecciones y alergias, se mantenga más estable. Evitaría el lavado excesivo que podría eliminar estas bacterias beneficiosas.
- Reducción del uso de recursos y impacto ambiental: Siguiendo la recomendación de limitar el tiempo en la ducha y la frecuencia de los baños, se reduciría el consumo de agua y energía, contribuyendo así a la conservación de recursos naturales y la reducción de la huella ambiental.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.