El alzhéimer es una enfermedad ‘silenciosa’ que afecta a quienes la padecen, al igual que a sus familias. Se trata de un fuerte diagnóstico que trae un sinnúmero de cambios en la vida de los pacientes y de su círculo cercano.
Como tal, el alzhéimer impacta lentamente hasta tal punto de que los pacientes no pueden reconocer a sus familiares y olvidan lo que haya sucedido recientemente o años atrás. Al pasar el tiempo, los síntomas empeoran. Y, precisamente, es por ese motivo que se tienen que buscar alternativas para que quienes padecen la enfermedad puedan llevar una vida en términos normales.
Esas recomendaciones toman relevancia en la Navidad, temporada que se aprovecha al compartir con los seres queridos y con las amistades. Pero esta época conserva el lado mágico y el lado nostálgico; este último está más presente en los hogares en los que hay familiares con alzhéimer.
Entre las recomendaciones para que los familiares con alzhéimer disfruten la época navideña se destaca la de principalmente mostrarle fotografías. Estas imágenes plasman recuerdos, los que suelen ‘borrarse’ con la enfermedad. También, trate de hacer un breve recordéis de momentos significantes como nacimientos, bodas o celebraciones.
Otra de los consejos es tratar que, durante los encuentros navideños, los pacientes con alzhéimer se sientan acompañados para evitar que estén desorientados. Las fiestas de fin de año, también, se pueden festejar de manera tranquila para lo que se necesita que las demás personas se acerquen a sus familiares como normalmente lo hacían.
El objetivo principal es que los pacientes con alzhéimer no se sientan excluidos, sino al contrario, que se sientan en un ambiente familiar. Otra recomendación es mantenerlos entretenidos al cantar villancicos, a hacer dinámicas entre la familia y al escuchar música navideña; lo anterior tendría efectos terapéuticos que aportarían positivamente.
Hay que resaltar que la Navidad es una época de unión, de reconciliación y en la que se suele entregar amor a grandes cantidades. Saber compartir con los pacientes que padezcan la enfermedad ‘silenciosa’ puede regalarles un momento único y diferente.