De acuerdo con cifras de la Asociación Colombiana de Glaucoma, de cada 100 colombianos 3 padecen esta enfermedad, aunque se estima que la mitad de ellos no lo saben, dado que, como explica Pablo César Candelo, médico cirujano, especialista en Oftalmología, ‘‘este mal se detecta cuando ya está en curso, casi siempre cuando se ha perdido un 30 % de las fibras del nervio óptico”.
Según el médico oftalmólogo Marco Emilio Martínez, el paciente con glaucoma ‘‘primero pierde la visión periférica y por último la visión central, él no percibe que está perdiendo la visión, él siente que ve bien, pero no se da cuenta de que a los lados está dejando de ver. Hasta que llega un momento en el que se percata y ahí la enfermedad ya está avanzada”, precisa.
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El glaucoma se presenta de manera asintomática, agrega Candelo, oftalmólogo del Instituto de Niños Ciegos y Sordos. Él, la define como “una neuropatía óptica, es decir una enfermedad que afecta el nervio óptico, encargado de que la información de lo que percibimos llegue hasta el cerebro para poder interpretarlo. Se ocasiona, principalmente, por la elevación de la presión intraocular, esto hace que se degeneren las fibras ópticas y se pierda un porcentaje del campo visual. Este daño es progresivo e imperceptible”, asegura el especialista.
Si esta afección se diagnostica a tiempo es posible que, con un tratamiento adecuado, el paciente conserve su vista y pueda continuar realizando sus actividades de manera normal.
Este es el caso de Yolanda Angulo, quien lleva un tratamiento de córnea hace siete años. “He recibido tres trasplantes en el ojo derecho y uno en el izquierdo, como consecuencia de las cataratas. En ese espacio se presentó el glaucoma, llevamos cinco años tratándolo. Principalmente congénito, por mi papá, una tía y unas primas.
El glaucoma lo tratan con gotas oftalmológicas, anteriormente eran cada 12 horas, ahora solo en las noches. El glaucoma da mucho dolor, pero he mejorado un ciento por ciento. En consulta la presión del ojo me la controlan y baja”.
Por su parte, el doctor Pablo Candelo asegura que todos los pacientes se pueden tratar y que ellos como médicos apuntan a distintas estrategias dependiendo del caso. “El paciente llega con cierto grado de visión y lo que hacen los oftalmólogos no es aumentarlo, sino evitar que progrese el daño”, explica el especialista sobre esta enfermedad que tiene muchas variables.
Tipos de glaucoma
El glaucoma se puede clasificar como primario o de ángulo abierto y secundario o de ángulo cerrado.
Para el optómetra Andrés Solórzano Bernal, el glaucoma de ángulo abierto “es mucho más peligroso al ser más asintomático; cursa varios años, puede aparecer a los 20 y se manifiesta clínicamente después de un tiempo, a los 40 o 60 años de edad. Este tipo de glaucoma está ligado al factor genético, por eso, pacientes con antecedentes familiares de este padecimiento es importante que se hagan revisar”, puntualiza este especialista e investigador.
Por su parte, el glaucoma de ángulo cerrado, conforme a la explicación de Andrés Solórzano, docente de la Fundación Universitaria del Área Andina, ‘‘tiene que ver más con la morfología del ojo, que las cámaras del ojo sean estrechas genera que haya una obstrucción del ángulo por donde circula el humor acuoso.
En este tipo de glaucoma se puede presentar dolor, hay varios tipos de dolor, como si palpitara, como si lo apretaran o chuzaran, por estas condiciones se puede detectar antes’’, asegura Solórzano.
Sin importar cuál sea el tipo de glaucoma, especialistas aseguran que se puede manejar siempre. Y aunque no se han determinado estrategias para evitar la aparición de esta enfermedad óptica, de acuerdo con la Asociación Colombiana de Glaucoma, sí existen alternativas para tratarla lo más temprano posible y lograr preservar la visión.
Causas comunes de la enfermedad
Para el oftalmólogo Marco Emilio Martínez, del Instituto de Niños Ciegos y Sordos, ‘‘hay unos factores de riesgo, es decir, cuando están más predispuestos a sufrir la enfermedad, como los familiares de personas diagnosticadas con glaucoma.
El riesgo es diez veces mayor. También, los pacientes con miopías o hipermetropías altas”.
Otros expertos agregan a la lista de personas propensas a glaucoma a los pacientes de diabetes; a quienes consumen medicamentos corticosteroides orales (para tratar enfermedades autoinmunes como artritis, lupus, esclerosis múltiples, entre otras); a los afrodescendientes o asiáticos y a los mayores de 40 años.
Según el oftalmólogo Pablo César Candelo, para los profesionales expertos en visión es muy fácil diagnosticar la enfermedad, pues “hay una serie de signos con los que podemos determinar que estamos ante un glaucoma o la sospecha de un glaucoma, lo que permite emprender las acciones y el seguimiento pertinente, al ojo entrenado le queda muy fácil”.
Uno de los más recientes casos del doctor Candelo se presentó en tiempos de pandemia. “Me llegó una paciente con un glaucoma agudo, dolor, ojos rojos, disminución de la agudeza visual, visión de halos, un cuadro típico.
Con medicamentos no mejoró, entonces me tocó hacer una paracentesis, una punción por la córnea y tratar de drenar el humor acuoso, y la presión bajó inmediatamente. Los medicamentos posteriormente hicieron su efecto, y días después le hicimos la iridotomía (cirugía láser en el iris del ojo, para mejorar el drenaje intraocular y evitar la pérdida de visión).
Es una paciente que veo con cierta periodicidad y la tenemos estable y controlada”.
Por su parte, el oftalmólogo experto en glaucoma, Marco Emilio Martínez, puntualiza que “en cirugías, existen algunas que autorizan las entidades (EPS), como la trabeculectomía (reduce la presión intraocular), válvulas (dispositivos de drenaje), pero en el mundo hay otro tipo de cirugías menos riesgosas y que dan más calidad de vida, todo esto procura tener control de la presión para que el deterioro del campo visual no se dé”, expresa.
Además, afirma el doctor Martínez, ‘‘hay pacientes que preguntan: ¿Para qué me van a operar, si lo que perdí no lo voy a recuperar? Es para que lo que le queda de visión no lo vaya a perder del todo, por eso es importante que el paciente tenga una buena relación y buena información de su médico tratante para que sepa qué le van a hacer, para qué, qué riesgo hay”, recomienda el profesional.
Algunas consecuencias del glaucoma
Solórzano enfatiza que “si la enfermedad se descubre en fases iniciales se usan tratamientos hipotensores oculares, para reducir la presión interna del ojo y evitar el daño.
Hay casos que requieren intervenciones quirúrgicas, para generar vías alternas de liberación del líquido acuoso (el que le da la presión al ojo) que se acumula”, explica el médico.
Agrega el médico que si la enfermedad “ya está muy avanzada, se llega a la ceguera total y hay casos mucho más avanzados donde pierde la visión y aun así, el ojo continúa siendo doloroso, puede doler cinco veces más que un dolor de muela ¡es impresionante! Pacientes con ojos no funcionales, que no ven y les duele; es necesario sacar el globo ocular, es decir que pierden el ojo”, enfatiza.
Así mismo, el médico Marco Emilio Martínez asegura que para ‘‘una persona que se queda ciega a los 50 o 55 años, acostumbrarse, adaptarse a trabajar y seguir con su estilo de vida es muy complejo, la gente generalmente no se adapta, el impacto psicológico es tenaz y la repercusión económica también”.
Sin embargo, estos casos son reducidos y se presentan, mayoritariamente, cuando no se trata a tiempo, según el oftalmólogo Martínez. “El glaucoma de ángulo abierto es una enfermedad que para dejarte ciego puede tardar 20 o 30 años, pero como la gente consulta tardíamente, ya la enfermedad pasó esos años”, por eso, recomienda a las personas hacerse los chequeos necesarios.
“Tengo pacientes que llevan cerca de 20 años, viendo mal, usando gotas, con unas gafas gruesas, y les digo: te puedes operar. Y se operan y los pacientes quedan sin gafas, sin usar gotas después de tanto tiempo y se sienten felices.
El glaucoma le ha producido daño, ahí está el daño, pero con el campo visual que le queda su vista funciona, hay muchos casos de ese estilo’’, asegura Martínez.
¿Qué hacer si fue diagnosticado con glaucoma?
Para prevenir llegar a casos extremos, es recomendable que quienes padecen la enfermedad y ya han sido diagnosticados con glaucoma, ‘‘lleven una adecuada adherencia al tratamiento, así sabremos si la gota le está cayendo mal, está funcionando o no, si optamos por otra estrategia.
También deben llevar un seguimiento, asistir a las citas… la invitación es a no abandonar el tratamiento’’, sugiere el oftalmólogo Candelo.
A modo de prevención, el oftalmólogo Marco Emilio Martínez recomienda a los familiares de los pacientes de glaucoma hacerse el examen de oftalmología para determinar una posible aparición de la enfermedad y tratarla a tiempo.
"Todas las personas deberían tener una cita de oftalmología, desde que el niño nace, cuando su sistema visual no está desarrollado o maduro, por lo menos al tercer mes; cuando inicie el colegio, en la adolescencia, cuando pasa los 40 años por lo menos una revisión constante".
Tenga en cuenta
En un examen de oftalmología, además de medir su agudeza visual, se debe calcular la presión intraocular (PIO), una presión del ojo alta puede ser causa de glaucoma; también hay que tener en cuenta su retina y nervio óptico; revisión de la parte frontal del ojo, la visión lateral, pupilas, etc.
De acuerdo con el oftalmólogo Pablo Candelo, hay personas como los apneístas, instrumentistas de viento, buzos, practicantes de otras actividades como el yoga, que pueden aumentar la presión venosa e indirectamente la presión del ojo.
La presión ocular normal varía entre 10 y 21 milímetros de mercurio, y aunque por sí misma una elevada presión intraocular no significa presencia de glaucoma, si es un factor de riesgo.
"El glaucoma es un enemigo silencioso. Uno está viendo bien, pero si se descuida, cuando nos damos cuenta tenemos una visión tubular, y el tejido neuronal no se puede recuperar’’, dijo Candelo.