La actividad de virus presentes en el ambiente se ha incrementado a niveles prepandémicos y las hospitalizaciones asociadas en su mayoría a menores de 2 años han incrementado, un panorama que genera preocupación tanto en autoridades de la salud como en padres de familia y cuidadores.

Así lo han revelado la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de Salud (OMS), quienes han explicado que las épocas de lluvia y el mismo cambio climático que puede intercalar tanto tiempos secos como húmedos, es uno de los principales factores que han producido el incremento de enfermedades respiratorias.

En tiempos de infecciones respiratorios prestar atención a la tos de los niños es clave. | Foto: Getty Images

Este no es asunto menor si se tiene en cuenta que según registros del Instituto Nacional de Salud de Colombia esta es una de las principales causas de muerte en menores de 5 años. Caquetá, Córdoba, Guainía, Guaviare, Huila, Nariño, Norte de Santander y Vaupés, son los departamentos donde el panorama es más complejo y se suman otros factores como las condiciones de salubridad de muchos lugares y la oportunidad en la atención a estas enfermedades que muchas veces inician como infecciones.

Y es que de acuerdo con información de Saludata, de la Secretaría de Salud de Bogotá, para la semana epidemiológica número 21 del año que corresponde a la primera de junio, ya se registraban más de 183.800 atenciones por consulta externa y urgencias por Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) en todo el país. De estos, más de 51.952 casos fueron reportados en niños de la capital menores a 5 años y cerca de 14.098 casos en menores de 1 año.

Congestión en las urgencias pediátricas por niños con enfermedades respiratorias.

Por lo general, las enfermedades que afectan las vías respiratorias y los pulmones vienen acompañados por síntomas como; congestión de nariz y garganta, tos, fiebre, escalofríos, dolor y malestar.

No obstante, estos cuadros también pueden acarrear dificultad del paso del aire por las vías aéreas debido a inflamación y acumulación de moco, factores comunes que limitan la oxigenación y conlleva al aumento de la frecuencia respiratoria, a veces asociado al hundimiento de las costillas al respirar, ronquidos o silbidos en el pecho de intensidad variable.

Por esta razón, profesionales de la salud entregan algunas recomendaciones para evitar la presencia de estas infecciones y a su vez continuar saturando los servicios de atención de salud. El neumólogo Javier Fajardo propone estos consejos.

  • 1. Cuidar y proteger a la familia: para evitar el contagio y prevenir la propagación de enfermedades respiratorias es importante establecer algunas medidas como; el aislamiento de quienes se encuentren sintomáticos, lavado de manos frecuente y el uso de tapabocas.
Una de las mejores medidas para evitar contraer y contagiar con virus respiratorios es el tapabocas. | Foto: Libre de derechos
  • 2. Consumir líquidos: hidratarse lo suficiente ayuda a reponer la pérdida de líquido a partir de las secreciones respiratorias y a disminuir la probabilidad de infección en el organismo. Tomar bebidas tibias o calientes, también ayudará a disminuir el dolor en la garganta.
  • 4. Limpiezas nasales para mantener las vías aéreas despejadas: la limpieza nasal a través de irrigaciones ayuda a retirar el moco excesivo, disminuyendo el riesgo de infección de estructuras cercanas. Para hacer los lavados nasales se recomienda el uso de suero fisiológico o solución salina iso o hipertónica. La N-acetilcisteína podría actuar de manera sinérgica con las medidas de higiene nasal, al modular el efecto negativo de las secreciones sobre la permeabilidad de las vías respiratorias.
  • 5. Mantener ambientes ventilados: la ventilación natural es importante para renovar el aire dentro de la casa y disminuir la concentración de virus y otros gérmenes. Mantener un ambiente ventilado, puede ayudar a disminuir el riesgo de contagio y mejorar la calidad del aire que se respira.

El profesional también destaca que es importante realizar una consulta oportuna por pediatría o por neumología pediátrica, en caso de que el menor de edad presente síntomas o signos de alarma como; respiración más rápida de lo normal, fiebre, somnolencia, decaimiento y ruidos anormales al respirar.