El cardamomo es una especia aromática que proviene de las selvas tropicales de India, Sri Lanka, Malasia y Sumatra, la cual ha sido usada por muchos años por sus múltiples beneficios para la salud, además de su delicioso sabor.
Y es que además de ser un ingrediente culinario esencial en muchas cocinas alrededor del mundo, el cardamomo se utiliza para preparar una infusión que es rica en vitaminas y baja en calorías, que aporta energía al cuerpo.
El cardamomo es reconocido por su impresionante perfil nutricional y sus propiedades beneficiosas para la salud. Esta especia es rica en vitaminas esenciales como la vitamina C, que actúa como un poderoso antioxidante que ayuda a combatir los radicales libres y fortalece el sistema inmunológico. También contiene vitaminas del grupo B, como la niacina y la riboflavina, que son importantes para la salud metabólica.
Por otro lado, el cardamomo ha sido utilizado tradicionalmente para aliviar problemas digestivos como la indigestión, los gases y la acidez estomacal. De hecho, sus aceites esenciales pueden ayudar a relajar los músculos del tracto gastrointestinal y aliviar la inflamación.
Así mismo, algunos estudios sugieren que el cardamomo puede ayudar a reducir la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular. Sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias pueden contribuir a la protección del corazón.
Por otro lado, el cardamomo contiene propiedades antimicrobianas, lo que significa que puede ayudar a combatir las infecciones y proteger contra enfermedades.
Además, se dice que la fragancia del cardamomo se asocia con el alivio del estrés y la fatiga. Así mismo, sus nutrientes, como el manganeso, contribuyen a la producción de energía en el cuerpo.
Los compuestos del cardamomo pueden aumentar la actividad de ciertas enzimas que ayudan a combatir las células cancerosas. La especia también puede mejorar la capacidad de las células asesinas naturales para atacar los tumores.
El uso del cardamomo para tratar el mal aliento y mejorar la salud bucal es un remedio antiguo. En algunas culturas, es habitual refrescar el aliento comiendo vainas de cardamomo justo después de la comida.
Además, el aliento fresco que produce el cardamomo suele relacionarse con su capacidad para combatir las bacterias comunes en la boca, por lo que algunas personas confían en su eficacia para prevenir las caries dentales.
Por otro lado, el extracto de cardamomo puede reducir los niveles elevados de enzimas hepáticas, triglicéridos y colesterol. Además, puede prevenir el agrandamiento del hígado, con lo que reduce el riesgo de sufrir la enfermedad del hígado graso.
Los compuestos del cardamomo pueden ayudar a aumentar el flujo de aire hacia los pulmones y mejorar la respiración. De hecho, se usa en aromaterapia, porque proporciona un olor vigorizante que mejora la capacidad del cuerpo para utilizar el oxígeno durante el ejercicio.
Cómo hacer una infusión de cardamomo
Hacer una infusión de cardamomo es sencillo y puede ser una excelente forma de disfrutar de los beneficios de esta especia.
Ingredientes:
- 4-6 vainas de cardamomo (o 1 cucharadita de semillas de cardamomo).
- 2 tazas de agua.
- Miel o edulcorante (opcional).
- Rodajas de limón (opcional).
Para preparar la infusión de cardamomo, se necesitan abrir cuidadosamente las vainas y sacar las semillas. Se puede usar un mortero y un mazo para aplastar ligeramente las semillas para liberar su sabor.
Seguido, se lleva las 2 tazas de agua a ebullición en una cacerola. Una vez que el agua esté hirviendo, se agregan las semillas de cardamomo (o las vainas vacías) al agua. Se reduce el fuego y se deja que la infusión hierva a fuego lento durante unos 10-15 minutos.
Después de hervir, se necesita colar la infusión para eliminar las semillas o los restos de vainas de cardamomo. Se puede endulzar la infusión con miel o cualquier edulcorante de elección, y agregar rodajas de limón para un toque cítrico.