Con dolor de cabeza intenso, la percepción de no sentir un brazo y un fuerte mareo, llegó el sábado 1 de junio el presentador de televisión Jota Mario Valencia al Nuevo Hospital Bocagrande, de Cartagena, donde estuvo varios días hospitalizado hasta el jueves 6 de junio, día en que falleció.
Los síntomas con los que llegó Jota Mario son característicos de una isquemia cerebral, problema de salud que se produce cuando el flujo sanguíneo de una determinada zona del cerebro es insuficiente. Al no llegar bastante sangre, las células nerviosas de esa zona se ven privadas de oxígeno y nutrientes, por lo que no funcionan de forma correcta.
Si el flujo de sangre no se recupera inmediatamente, las células de la zona afectada empiezan a morir, y esto provoca lesiones y daños que pueden dejar secuelas o acabar con la vida del paciente.
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¿Trombo o hemorragia?
Este tipo de accidente cerebrovascular puede ocurrir de 2 formas. La primera es a causa de un trombo, es decir, un coágulo de sangre que se forma en el interior de un vaso sanguíneo. La segunda es por causa de una rotura o hemorragia en una de las venas por la cual se ‘escapa’ la sangre.
Ictus isquémico
También conocido como isquemia cerebral. Se presenta cuando el cese del riego sanguíneo está causado por un coágulo que tapona un vaso sanguíneo del cerebro. También se le conoce con los nombres de trombosis o embolia.
Se habla de trombosis cuando el coágulo o trombo se ha formado en la pared de la arteria cerebral y se habla de embolia cuando este coágulo se ha originado en otro punto del cuerpo -como el corazón-, y ha viajado por el torrente sanguíneo hasta impactar en uno de los vasos cerebrales.
“Cuando se genera un coágulo o trombo lo primero que se debe hacer es intentar consultar al especialista lo más pronto posible para intentar despejar el vaso sanguíneo del cerebro. Esto se puede lograr mediante la inyección de un medicamento intravenoso o a través de la aspiración del vaso y así intentar desobstruirlo para que se presente poca injuria cerebral, es decir, menor daño en el cerebro”, explica Adriana Caballero, neuróloga del Centro Médico Imbanaco.
Hemorragia o derrame cerebral
Se produce cuando la falta de irrigación sanguínea en el cerebro está causada por la rotura de un vaso, con la consiguiente hemorragia interna que provoca.
La experta aclara que tanto la hemorragia como la trombosis son problemas médicos “igual de graves y complicados”.
Aprenda a detectar los síntomas
Cuando se presenta una isquemia cerebral lo más importante es actuar con rapidez, pues cada minuto cuenta.
Usted mismo puede percatarse de lo que le está sucediendo, pero es habitual que sean las personas a su alrededor las que detecten que algo extraño está pasando y son estas las que deben actuar cuanto antes avisando al servicio de emergencias.
“Algunos ejemplos de síntomas que usted puede identificar son que de un momento a otro presente cualquier tipo de alteración visual -ver borroso-, alteración al elevar los brazos o sentir adormecido un brazo o una pierna”, explica la especialista Adriana Caballero.
A continuación encontrará otras señales que deberían hacerlo sospechar y visitar lo más pronto a su especialista para prevenir una isquemia cerebral.
Boca torcida
Es frecuente que durante una isquemia cerebral pueda ver que su boca se tuerce ligeramente y que tiene dificultad para sonreír. También puede presentar dificultad para beber ya que el líquido se derramará por uno de los extremos.
Mareo
Si se siente mareado y le cuesta mantenerse de pie, puede ser que la isquemia esté afectando a la zona del cerebro que se encarga del equilibrio.
Dificultad para hablar
Tener dificultad repentina para hablar o entender a los demás puede ser también un indicativo de problemas. Si se encuentra en una conversación y de un momento a otro tiene dificultad para articular las palabras o construir una frase, visite rápidamente a su doctor.
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Factores de riesgo
La isquemia cerebral ocurre de forma repentina. Hay personas más predispuestas que otras a sufrirlo y eso depende mucho de su estado de salud y del estilo de vida. A continuación, algunos aspectos que hay que tener en cuenta para prevenir estos peligrosos episodios.
Vigile la tensión arterial: Tener la tensión alta puede incrementar hasta 5 veces el riesgo a padecer una isquemia o una hemorragia cerebral.
Controle su colesterol: esto ayuda a mantener la salud de las arterias y, por tanto, evitar una isquemia. Vigile su dieta potenciando alimentos ricos en fibra y vitaminas y limitando grasas animales.
Prevenga la diabetes: es un factor de riesgo importante dado que acelera el proceso de envejecimiento vascular, afectando a todos los vasos del organismo. Intente mantener un peso razonable y limitar los azúcares refinados.
Haga ejercicio: esto protege a las arterias del cerebro y del corazón. Con 25 minutos al día de actividad física podrá reducir significativamente el riesgo de padecer una isquemia cerebral.