La depresión es un problema de salud pública que no discrimina edades. A pesar de que es más frecuente en la etapa adulta, los menores de edad también padecen y sufren esta condición mental que se manifiesta, comúnmente, con una tristeza profunda.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, aclara que la sensación de tristeza no necesariamente quiere decir que la persona tiene este problema, porque “la depresión es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana”.
Las causas por las que un infante o adolescente puede caer en depresión son diversas. La muerte de un familiar o, incluso, la de una mascota, pueden ser detonantes para los diferentes síntomas que llevan a los especialistas a pensar que puede estar padeciendo este problema mental.
Jéssica López, máster en psicología cognitiva y docente de la Universidad Santiago de Cali, puntualiza que los cambios drásticos en la familia llegan a ser causales. Por ejemplo, la separación de los padres sin un acompañamiento cercano a los niños para explicarles lo que está sucediendo o mudarse a otra ciudad, son factores influyentes.
En casos más drásticos, las depresiones también aparecen por culpa de situaciones de abuso físico o psicológico. El matoneo estudiantil también hace parte del compendio de situaciones que terminan contribuyendo al agravamiento del problema.
De acuerdo con cifras presentadas por el Ministerio de Salud y Protección Social, durante el 2017, más de 158.000 personas fueron atendidas por depresión en Colombia, siendo la región pacífica la que mayor prevalencia del problema presentó. Y, en el rango de edad que va desde los 0 y los 19 años fueron atendidas alrededor de 26.000 en todo el territorio nacional.
Los factores que desencadenan esta patología son diversos y, claramente, varían dependiendo del caso particular. Sin embargo, de acuerdo con los expertos consultados por El País, más allá de crear una categorización de todos los causales de la depresión, se puede hablar de unos indicios asociados a la aparición de este problema mental.
Señales
El desinterés por actividades asociadas comúnmente a los comportamientos habituales de los infantes como divertirse con los juguetes o con sus amigos, también pueden ser una señal de que algo no anda bien.
John Bohórquez, médico psiquiatra y asesor del Ministerio de Salud y Protección Social, dice que la depresión en niños se puede hacer evidente a través de “la sensación de culpa, una baja considerable en el desempeño escolar, el miedo al rechazo y el aislamiento”.
Entre el 2009 y el 2017 fueron atendidas en Colombia 141.364 personas por problemas de depresión en edades entre los 0 y los 19 años. En promedio, fueron atendidas un poco más de 15.000 por año, siendo el 2017 el de los índices más elevados.
Bohórquez también referencia que si los niños empiezan a tener una “actitud de pelea o de irritabilidad persistente; responden con ira a provocaciones mínimas; se les dificulta expresar alegría; les cuesta mantener su atención o están cansados todo el tiempo”, se puede pensar en la presencia de este problema mental.
Por su parte, la docente Jéssica López indica que la depresión se puede hacer mucho más evidente si demuestra tener baja autoestima y se le dificultad concentrarse. Frases como “es que no puedo o es que no soy capaz de hacer algo”, son otras señales, sostiene la psicóloga.
El aumento de la ansiedad frente a las situaciones y un alto nivel de sensibilidad capaz de provocar el llanto en momentos inesperados, son otros síntomas de la depresión en menores.
Esta patología, aclara López, se manifiesta no solo de forma cognitiva y conductual, sino también fisiológica, pues el infante puede quejarse de la aparición de ciertos dolores. Los niños en muchos casos dicen que “les duele algo para tener la excusa de no asistir al colegio o a alguna actividad”, explica López.
De igual forma, Bohórquez también sostiene que los dolores abdominales y de cabeza también son señales de la presencia del problema.
Los expertos son claros al recalcar que si un niño presenta o experimenta alguna de las situaciones mencionadas no se debe relacionar directamente con un cuadro depresivo, sino que, por el contrario, la sumatoria de varios de estos casos sí pueden alertar a los acudientes sobre la aparición de este problema.
Asimismo, también resaltan que para empezar a considerar que el infante está sufriendo una depresión varios de los síntomas deben persistir durante al menos quince días.
De acuerdo a la edad
Entre más pequeño sea el niño, más difícil se hace detectar la depresión porque la comunicación es más compleja”, asegura la psicóloga Jéssica López.
La experta cuenta que la gente puede llegar a pensar que a un niño de 5 años la muerte de su padre, por ejemplo, no le va a afectar “porque está muy pequeño”, pero “obviamente, él sí va a sentir esa ausencia”.
En cambio, en adolescentes, explica Bohórquez, la depresión se puede evidenciar de manera más marcada cuando “son agresivos, hay consumo de sustancias psicoactivas; empiezan a hurtar pertenencias a sus semejantes; tienen deseos de fugarse del colegio o de la casa; siente que no son aceptados y que su familia no los apoya; descuidan su aseo personal; y no sienten respeto por las normas sociales”.
La diferencia entre las actitudes que se pueden evidenciar de depresión en la primera infancia y la adolescencia, explica el experto, radica en que, para el primer caso, los síntomas se manifiestan mucho más en las ideas, mientras que en el segundo, lo hace en la conducta.
¿Qué se debe hacer?
Respecto a la aparición de varios indicios que den pie a los padres de familia o acudientes para pensar que sus hijos pueden estar experimentando una depresión se debe tener en cuenta, dicen los especialistas, que lo más importante es tener una comunicación fluida y constante con el menor.
“Si los padres están pasando por un momento difícil como pareja, no deben poner a sus hijos en el medio. Al contrario, deben intentar explicarles lo que está sucediendo”, explica López. Otra cosa que aconseja la experta es que eviten establecer una estigmatización frente al problema; que no se hagan la idea de que el niño es caprichoso y que se está comportando de cierta manera solo porque sí.
La psicóloga sintetiza que, la depresión, al igual que la gripe, por citar un ejemplo, se puede cronificar, pues puede pasar de ser un problema mental, donde los síntomas son leves, a convertirse en un trastorno mucho más agresivo.
Este problema, propiamente, no es una patología que se pueda prevenir, pero sí es una a la cual se le puede anticipar. Por eso, “es importante que los padres crean en los psicólogos”, dice López, pues la valoración de un especialista en salud mental, al menos una vez al año, es igual de importante que la visita a un especialista de cualquier otra rama.
Para los casos en que la depresión se manifiesta en niños pequeños a los cuales les cuesta más trabajo comunicarse, el asesor John Bohórquez, del Ministerio de Salud, recomienda utilizar herramientas lúdicas como el juego, los dibujos y los cuentos, para que, a través de ellos, puedan expresar sus emociones. Y si la actitud del niño es de aislamiento, los padres deben motivarlos a integrarse y a realizar actividades que los hagan partícipes. “Siempre es importante generar esos espacios en familia y crear momentos de reflexión sobre las formas de afrontar los problemas”, dice el experto.
Suicidio
La depresión también es asociada a las ideas suicidas. Bohórquez sostiene que, cualquiera que sea la edad se debe ser directo sobre este problema y cuestionar, en este caso al menor, acerca de si ha contemplado acabar con su vida.
“Preguntar no le va a dar ideas de suicidarse, por el contrario, lo que le va a indicar es que hay alguien que se preocupa por él. En estos casos hay que mostrar empatía y escuchar con atención”, dice el psiquiatra. Asimismo, evitar los juicios y garantizar la confidencialidad de lo que está contando.
El Ministerio de Salud y Protección Social afirma que en Colombia entre el 2016 y el 2017 hubo un aumento del 36 % en los intentos de suicidio en las edades comprendidas entre los 5 y los 19 años.
En el 2016 se presentaron 7.181 intentos de suicidio, mientras que en el 2017 la cifra llegó a los 11.109. Lo que dejó un saldo de 18.290 casos de niños y adolescentes que intentaron quitarse la vida en esos dos años.
“Es fundamental que los padres pasen tiempo de calidad con los hijos y que logren crear vínculos de confianza con ellos. Es muy triste escuchar que no saben qué cosas les gustan o cómo es su comportamiento habitualmente. Si no conocen a sus hijos, es muy difícil que puedan identificar si están deprimidos”, sostiene López.
Bohórquez es enfático en que la familia del niño debe crear un ambiente de confianza para conversar, de manera que el infante pueda sentirse cómodo al hablar sobre sus emociones.
“Si los padres sospechan de la presencia de depresión lo primero que deben hacer es hablar de forma privada con sus hijos; mirarlos a los ojos y, así, poder discutir los cambios emocionales que vienen presentando”, explica el especialista.
Ponerse en el lugar del niño también ayuda en estos casos, afirma Bohórquez. “Explicarle que hay situaciones y sentimientos que todos experimentamos. Debemos recordarles siempre sus cualidades porque de ahí ellos pueden sacar fuerzas para afrontar el problema”, comenta Bohórquez.
Línea de atención
- Los infantes, adolescentes y jóvenes de Cali y su área metropolitana pueden hacer uso de la línea telefónica gratuita de atención 106 en caso de presentar algún problema o duda respecto a su salud mental. Allí un psicólogo especialista escucha las consultas presentadas por los menores.
- Los servicios de la línea 106 operan todos los días de la semana: de lunes a viernes de 8:00 a.m. a 10:00 p.m. y los fines de semana de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.
- Corpolatín también cuenta con un chat al cual se puede acudir vía whatsapp: 3156984482.
- Este recurso telefónico está a cargo de Corpolatín, una ONG que trabaja de la mano con la Secretaría de Salud Pública de la Alcaldía de Cali y que se encarga de escuchar a las personas en condiciones de vulnerabilidad para brindarles apoyo psicológico.