Por su sabor, textura y propiedades, la granadilla es una de las frutas exóticas más apetecidas del mundo; sin embargo, es de destacar que al ser originaria de América del Sur, son muchas las personas que la consumen y valoran sus altos componentes vitamínicos.
Se distingue, por su cáscara fuerte, gruesa y lisa, de color anaranjado, en su interior, la pulpa está compuesta por pequeñas semillas negras comestibles y están cubiertas con una masa jugosa, cristalina, transparente y de textura gelatinosa. En cuanto a su sabor, es dulce y posee un agradable aroma.
Así entonces, entre los muchos nutrientes que tiene, también aporta al organismo fibra, potasio, calcio, fósforo, hierro, vitaminas A, B1, B2, B3, B9, C, E, K y la provitamina A.
Beneficios principales:
Controla y estabiliza los nervios, por lo que sirve como ayuda para conciliar el sueño, reducir los cólicos y disminuir el estrés y la ansiedad. Asimismo, previene el estreñimiento, por su alto contenido de fibra, lo que reduce los problemas intestinales.
- Es un aliado para la tos y mejora la fiebre, de igual forma, ayuda para la vista, pues su contenido de Vitamina A, ayuda al correcto funcionamiento del corazón, los pulmones y los riñones.
- También trae beneficios para la piel, pues los antioxidantes presentes en la granadilla pueden ayudar a mantener la piel saludable, reducir el daño causado por los rayos UV y promover la producción de colágeno para mantener la piel joven y radiante. De la misma manera ayuda a controlar el peso por su alto contenido de fibra y su bajo contenido calórico, la granadilla puede ser una opción saludable para incluir en una dieta equilibrada.
En el hígado
La granadilla reduce el estrés oxidativo y es ideal para combatir la enfermedad del hígado graso, siempre y cuando esté dentro de una dieta para pacientes con este diagnóstico. Esta fruta puede tener algunos beneficios para la salud del hígado debido a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Esto está demostrado por algunos estudios:
Acción antioxidante: La granadilla contiene antioxidantes que ayudan a proteger las células del hígado del estrés oxidativo y el daño causado por los radicales libres. Esto puede contribuir a mantener la salud hepática.
Reducción de la inflamación: Algunos compuestos presentes en la granadilla tienen propiedades antiinflamatorias, lo que puede ayudar a reducir la inflamación en el hígado. La inflamación crónica puede dañar las células hepáticas y afectar su funcionamiento.
Hidratación y depuración: La granadilla es una fruta rica en agua y fibra, lo que puede contribuir a mantener una buena hidratación y promover la eliminación de toxinas a través de los riñones y el sistema digestivo, aliviando así la carga sobre el hígado.
Apoyo al sistema inmunológico: La vitamina C presente en la granadilla es importante para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. Un sistema inmunológico saludable ayuda a proteger el hígado de posibles infecciones y enfermedades.
Beneficios para el cerebro
Mejora de la función cognitiva: Algunos estudios han sugerido que los antioxidantes presentes en las frutas y verduras, incluida la granadilla, podrían tener un efecto positivo en la función cognitiva y ayudar a mantener la memoria y la atención.
Nutrientes esenciales: La granadilla es rica en vitaminas y minerales, como la vitamina C, que es fundamental para el funcionamiento cerebral saludable. Estos nutrientes pueden apoyar el desarrollo y la función del cerebro.