La historia de este té ha pasado de generación en generación, dando así a conocer su llamativo color y sabor.
La leyenda china cuenta que un joven llamado Wu Liang, fue el descubridor de este exótico té cuando al estar recolectando hojas en un campo, dejó todo lo que estaba haciendo para ir tras un ciervo que se cruzó en su camino.
Horas después, cuando regresó al campo, vio que el proceso de oxidación natural del té ya se había puesto en marcha.
Fue así como Liang descubrió que la infusión producía matices azules y violetas en el color del líquido y que además tenía un sabor desconocido.
La planta Clitoria ternatea, con pétalos color azul, fue la encargada de otorgar esta deliciosa bebida que además llamaba la atención por su color azul intenso, él otras ocasiones era celeste y en otras aparecía con tintes color violeta.
El “paracetamol natural”
Sol Vázquez, licenciada en Nutrición Holística y especialista en alimentación basada en plantas y medicina funcional, indicó que el té azul tiene un sabor similar al del té verde y suele cocerse de forma que quede fuerte, dejando en el amargor un gusto dulce.
La infusión se asocia al gran contenido de antioxidantes que tiene, las cuales protegen las células frente a los radicales libres.
“Cuando uno busca elevar sus niveles de energía, disminuir la inflamación, proteger la salud intestinal, mejorar los síntomas premenstruales, aumentar el foco y mejorar los estados de ánimo, es cuando más vas a necesitar consumir esta medicina que es el té azul”, dijo.
Según Vazquez, “no contiene proteínas, grasas, azúcares, ni fibras. Sí aporta en cantidades moderadas calcio, magnesio, potasio, vitamina A, vitaminas del complejo B y vitamina C. Al consumirlo logra disminuir el colesterol y los triglicéridos, colaborando con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares como la presión alta”, mencionó la especialista.
Para las personas son sobrepeso
“Los polifenoles del té azul, ayudan a que se produzcan ácidos grasos de cadena corta que son necesarios para mantener al intestino y al cuerpo sanos. Esto es esencial dado que cuanta más diversidad de microorganismos existan en la microbiota intestinal, más efectos positivos se van a observar en el peso del cuerpo”, detalló Vazquez.
Para prepararlo
Su preparación es similar a la del resto de tés. Las hebras deben colocarse en un infusor o colador de té, luego se debe añadir una taza de agua hirviendo.
Esto se debe dejar reposar entre tres y cuatro minutos para que se acentúe su sabor y luego se puede consumir.
Recomendaciones a tener en cuenta
Lo recomendable es usar dos gramos de té por 170 ml de agua, o unas dos cucharaditas de hebras del té por taza. Este ingrediente se puede conseguir en dietéticas y herboristerías.
Para que el cuerpo pueda gozar de sus beneficios, se debe tomar la bebida dos horas antes o dos horas después de las comidas principales.
“No es recomendable tomarlo cerca de la hora de dormir o por la tarde porque puede entorpecer el descanso y el sueño”, insistió.
Cabe señalar que al tener una cuota de cafeína, no se recomienda su ingesta en exceso.
Además, su consumo no está recomendado en niños pequeños, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, personas con enfermedades renales o con hipertensión arterial.