La lengua es un órgano muscular móvil, es considerado como uno de los músculos más importantes del cuerpo y el más poderoso en relación a su tamaño y la fuerza; está fijado a la mandíbula, cubierto con una membrana mucosa, ubicado en el interior de la boca y cumple funciones vitales para un ser humano: se encarga de proveer la sensación del gusto, actúa para mover el alimento mediante la salivación y es fundamental para el habla. Teniendo en cuenta su apariencia, esta puede ayudar a identificar signos de alarma en caso de padecer algún problema de salud oral o físico. De esta manera, la lengua constituye un órgano vital para la gran mayoría de funciones que cumple la boca, es por esto que debe ser cuidada para evitar sufrir patologías.
Características
La textura, color, apariencia y tamaño de la lengua son características que varían según cada persona. Sin embargo, estas pueden cambiar y, en ocasiones, demostrar que existe algún problema de salud oral o físico por causas genéticas, de desarrollo, infecciosas o asociadas a enfermedades metabólicas. Jaime Jiménez, médico cirujano oral y maxilofacial adscrito a Colsanitas y coordinador del Servicio de Cirugía Maxilofacial de la Clínica Reina Sofía y de la Clínica Pediátrica, habló sobre los síntomas, las enfermedades más comunes de la lengua y brindó algunos consejos para evitar estas patologías.
Según Jiménez, “para sorpresa de muchos, la lengua está constituida por 17 músculos, y es por eso que es tan importante para nuestro organismo”. Además, explicó que los hábitos y estilos de vida de cada persona cada vez están mejor estudiados y relacionados como factores de riesgos de algunas enfermedades; “en el caso del cáncer oral, por ejemplo, se ha encontrado que el consumo de tabaco aumenta en casi 6 veces el riesgo a tener esta enfermedad, y el consumo de alcohol, en casi 2 veces”.
Síntomas
Con respecto a la sintomatología, Jiménez aseguró que “es importante resaltar que debemos estar permanentemente pendientes del color y apariencia de la lengua, como primera medida de la higiene; posteriormente, de la aparición súbita de cualquier tipo de lesión que sea de diferente color, forma, figura y textura”. Además, dijo que, “las descamaciones, úlceras, protuberancias rojas, rosadas, nodulares o verrugosas, son las lesiones más comúnmente encontradas en este órgano y pueden ser sintomáticas o asintomáticas”.
Algunos de los síntomas que pueden presentarse en la lengua son:
- Capa blanquecina gruesa en la lengua: tiene un origen microbiano por mala higiene o por una infección por hongos que puede provocar mal aliento. También por leucoplasia, que son manchas blancas en la lengua que no se quitan al rasparlas y pueden estar asociadas a irritaciones o indicios de otras enfermedades, que se manifiestan con ardor, dolor y picazón.
- Lengua muy roja y abultada: Se relaciona con la enfermedad bacteriana escarlatina, que se manifiesta especialmente en bebés o niños y produce manchas en la piel, fiebre y dolor de garganta. También se produce por deficiencias de ácido fólico y vitamina B12.
- Lengua agrietada: Según el doctor Jiménez, “la apariencia agrietada en algunas ocasiones es un hallazgo anatómico que no produce ninguna sintomatología, pero en otras ocasiones se debe a una glositis migratoria benigna, una alteración inflamatoria de la lengua. No está claro por qué se produce, pero se relaciona a irritaciones por alimentos, reacciones alérgicas o déficit de vitaminas”.
- Lengua de color negro y con apariencia velluda: También se le conoce como lengua peluda y, “está asociada al uso de antibióticos, al tabaquismo o a algunos alimentos y no es una condición tan común en consulta”, expresa Jiménez.
- Llagas o bultos: Es una consulta común, y se conoce como úlceras o aftas. Se produce por irritación, lesiones, estrés, deficiencia de vitaminas, alergias o debilitamiento del sistema inmune. “Si después de 15 días no se han cicatrizado se recomienda hacer una biopsia porque podría deberse a una lesión primaria de un tumor”, explica el especialista.
Enfermedades más comunes y tratamientos
- Sobreinserción del frenillo lingual: también conocido como anquiloglosia, es una enfermedad que se presenta desde el nacimiento y restringe el movimiento de la lengua, además de generar problemas para hablar y comer.
-Macroglosia: se presenta con un crecimiento anormal de la lengua y está asociada a enfermedades hereditarias como acromegalia, el cual es un trastorno que genera una producción en exceso de la hormona del crecimiento. También, es causada por el Síndrome de Beckwith-Wiedemann, enfermedad que provoca un tamaño corporal grande que incluye los órganos, o por el Síndrome de Down.
- Leucoplasia bucal: es la presencia de áreas engrosadas y de color blanco en las encías, la parte interna de las mejillas, la zona inferior de la boca y la lengua.
Además, Jiménez explicó que, “también se pueden presentar alteraciones en la integridad de las mucosas, como pueden ser aftas o laceraciones, causadas por algún trauma como puede ser una automordedura, y no debemos dejar por fuera el cáncer en la lengua”.
Con respecto a esto último, el Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial, asegura que los cánceres orales se forman en la lengua, en el tejido que recubre la boca y las encías; debajo de la lengua, en la base de la lengua y en el área de la garganta, que se encuentra en la parte posterior de la boca.
”El cáncer oral se presenta con más frecuencia en personas mayores de 40 años y afecta a más del doble de hombres que de mujeres. La mayoría de los casos de cánceres orales están relacionados con el consumo de tabaco, el consumo de bebidas alcohólicas o la infección con el virus del papiloma humano (VPH)”, afirma la entidad.
El tratamiento para este tipo de cáncer, depende del tamaño del tumor. En algunos casos, es posible extirpar el tumor canceroso mediante una cirugía y, en otros, también puede ser tratado con radioterapia o quimioterapia.
Por otra parte, asegura Jiménez, “el estado y color de la lengua puede darnos un indicativo, en especial, de la hidratación de nuestro cuerpo, pero también puede darnos señales de desbalances sistémicos inmunológicos, nutricionales o incluso, de enfermedades graves”. Un ejemplo de esto es el tono pálido, el cual puede indicar que la persona está anémica; un tono liso y enrojecido es una señal de que la persona no está bien alimentada y necesita más nutrientes y vitaminas; las manchas vellosas y blancas en los lados de la lengua es señal de que el sistema inmunológico está débil y es uno de los primeros síntomas de que la persona puede estar infectada por VIH.
En otros casos, señala el especialista, “un color rojizo en la lengua de los niños, acompañada de fiebre, son señales de una posible infección sistémica. También, una lengua hinchada como una fresa es lo que se conoce como enfermedad de Kawasaki, que se da entre niños menores de 5 años, pero no es muy corriente. Suele dar también fiebre e hinchazón de pies y manos”.
Para estas enfermedades, “el tratamiento depende del tipo de problema y de la causa. La candidiasis oral, por ejemplo, suele tratarse con medicamentos antimicóticos; lesiones como el pénfigo y el liquen plano se tratan con diferentes corticoesteroides, y otras patologías se tratan con antiinflamatorios, antibióticos y una mejor higiene oral”, señala el cirujano Jiménez.
Recomendaciones
A diario, una gran cantidad de bacterias se acumulan en la lengua, las cuales pueden ocasionar problemas de salud y de mal aliento. El doctor Jaime Jiménez, brinda una serie de consejos para evitar estas patologías:
1. Autocuidado: Es fundamental mantener una buena higiene oral e incluir el cepillado y limpieza de la lengua para prevenir el mal aliento.
2. Mejorar hábitos de consumo: El alcohol y el tabaco pueden aumentar el riesgo de sufrir patologías en la lengua. Es importante regular el consumo de estas sustancias.
3. Mantener una buena dieta: Algunos alimentos pueden generar irritación o alergias en la boca, es importante identificarlos y, también, mantener una dieta rica en vitaminas para evitar deficiencias nutricionales.
4. Acudir a un especialista: asistir a chequeos médicos y odontológicos, mínimo cada seis meses para que, en caso de ser necesario, poder determinar un diagnóstico y tratamiento o ser enviado a una interconsulta a otro especialista.
5. Realizarse autoexámenes: periódicamente es importante hacer estos chequeos de forma autónoma para identificar la aparición de bultos, coloraciones o dolores anormales.