La meditación se ha utilizado durante mas de mil años como una práctica espiritual o curativa. De hecho, hoy en día es una práctica que muchas personas la realizan a diario, justo después de levantarse o antes de dormir.
Según los expertos de la Clínica Mayo, en la actualidad, la meditación comúnmente se usa para relajamiento y reducción del estrés. Está considerada un tipo de medicina complementaria para mente y cuerpo. La meditación puede producir un estado de relajamiento profundo y una mente tranquila.
Pero, ¿puede provocar también efectos nocivos? Una investigación realizada en 2017 por la Universitat de València así lo afirmaba y concluyó, además, que el 25,5 % de las personas encuestadas había sufrido algún efecto no deseado relacionado con la meditación o el mindfulness. Entre los mas frecuentes: síntomas de ansiedad (13,7 %) y despersonalización o desrealización (cambios en la conciencia espacial, 8 %).
¿Es por tanto malo meditar? La respuesta sería negativa pero los expertos sí que advierten que iniciarse en la práctica de la meditación sin un soporte profesional adecuado o con el fin único de aliviar problemas de ansiedad puede terminar llevando al principiante a experimentar sensaciones de miedo y angustia.
Para los especialistas, iniciarse en esta disciplina requiere unos conocimientos mínimos de base, avanzar de manera progresiva y contar, al menos en los inicios de su práctica con la ayuda de un profesional.
“No es que meditar no sea positivo, es que no es positivo utilizar algo que no sabes lo que es, ni cómo funciona, y menos si además sufres problemas de ansiedad y tampoco entiendes ni cómo funciona la ansiedad ni cómo funciona la meditación, y aún más arriesgado es hacerlo por tu cuenta”, señala Alba Valle, psicóloga e instructora de mindfulness, para el portal 20minutos España.
Ahora bien, la explicación a estos aumentos significativos de los niveles de estrés y angustia o la sensación de no estar dentro del propio cuerpo se encuentra en que al meditar se liberan emociones dolorosas que pueden desencadenar preocupaciones. Un fenómeno que se conoce como backdraft, término en inglés que alude al efecto que se produce en un incendio cuando al abrir una puerta se provoca una explosión por reintroducción de oxígeno, y que puede producirse también durante sesiones de psicoterapia o de crecimiento personal.
Un problema, creer que la ansiedad desaparece con la meditación
La psicóloga añade que el problema de base están en creer que recurriendo a la meditación la ansiedad desaparecerá “como si fuera un ansiolítico, un atracón de comida o series de Netflix” y subraya que “cuando actuamos de esta manera y la propia sensación de ansiedad nos da miedo, estamos huyendo de ella y caemos en el mecanismo del backdraft”.
La solución pasa, según la especialista, por transformar este miedo en liberación y, sobre todo, en entender lo que se está haciendo para trabajar la actitud adecuada.
“Al meditar abrimos nuestra mente y cultivamos una actitud de apertura y de aceptación, vamos soltando muchas cosas que estaban quedándose atascadas y simplemente las vamos vamos viendo y dejando ir. No hay que asustarse porque viene una sensación de agobio o de ansiedad, simplemente se aprende a verla, a tratarla y liberarla”, expresa la experta.
Ahora bien, la recomendación de la OMS para la práctica frecuente de la meditación en la población laboralmente activa resulta pertinente ante la serie de beneficios que ofrece considerando que, en el caso de Colombia, siendo el cuarto país con más sufrimiento por estrés laboral según la encuesta Health On Demand de Mercer Marsh (octubre de 2022).