Por siglos, las infusiones naturales han desarrollado un papel fundamental en la medicina tradicional, contribuyendo a que varias afecciones sean controladas o erradicadas desde la raíz.
Un ejemplo de ello es la infusión de ulmaria, también conocida como reina de los prados, la cual destaca por sus propiedades antienvejecimiento y su capacidad para reforzar la memoria. Esta crece en zonas húmedas y se reconoce por sus flores blancas y aromáticas.
La ulmaria contiene varios compuestos activos, entre ellos los flavonoides, el ácido salicílico y los taninos, que le confieren sus propiedades terapéuticas. También es rica en antioxidantes, que son esenciales para combatir los radicales libres en el cuerpo. Los radicales libres son moléculas inestables que pueden causar daño celular y acelerar el envejecimiento.
Por ello, los antioxidantes presentes en la ulmaria ayudan a neutralizar estos radicales, protegiendo las células y retrasando los signos del envejecimiento, como las arrugas y la pérdida de elasticidad en la piel.
Además, la ulmaria tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir la inflamación crónica, un factor clave en el envejecimiento prematuro. Al reducir la inflamación, se promueve una piel más saludable y joven.
Otro de los beneficios más destacados de esta infusión es su capacidad para mejorar la función cognitiva y la memoria. Los flavonoides presentes en la planta mejoran el flujo sanguíneo al cerebro, aumentando la oxigenación y el suministro de nutrientes esenciales.
Esto no solo mejora la memoria y la concentración, sino que también puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo asociado con la edad.
¿Cómo preparar esta infusión?
Para preparar la infusión de ulmaria solo se necesitará 1-2 cucharaditas de flores secas de ulmaria y una taza de agua.
Con estos ingredientes a la mano, se debe poner a calentar el agua y una vez que comience a hervir, añadir las cucharaditas de ulmaria. Después se debe retirar el recipiente del fuego, tapar la infusión y dejarla reposar durante 10 o 15 minutos.
Transcurrido ese tiempo, la infusión debe ser colada, y cuando esté tibia, podrá ser bebida.